Firmado un convenio mediante el cual la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad ayudará a que el Programa de Alojamiento incluido en UAL UNE sea más efectivo: “Desde la pandemia hay mayores y familiares que son reticentes, pero todo está muy bien cuidado, hay seguimiento técnico y la experiencia es beneficiosa e inspiradora”.
La Universidad de Almería ha acogido la firma de un convenio de gran calado social rubricado por el rector, Carmelo Rodríguez, y por la consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, Loles López, al que ambas partes han otorgado mucha relevancia. Es el ‘Programa de alojamiento alternativo entre el estudiantado universitario y personas mayores y/o con discapacidad’, que a partir de ahora se ejecutará de manera conjunta, si bien la colaboración viene ya de lejos. La intención de la firma, además de establecer un protocolo de actuación, ha pasado por trasladar un mensaje de máxima confianza a los mayores y sus familiares: “Tenemos la dificultad de que a raíz de la pandemia, si bien tenemos mucha demanda de estudiantes, todavía los mayores o sus familiares son reticentes”. Así lo ha explicado el rector, remarcando que “por eso es clave la colaboración de la Junta de Andalucía”.
En ese sentido, y tras definirlo como “uno de los programas sociales más bonitos que tenemos en la UAL”, textualmente, Carmelo Rodríguez ha detallado que lo busca “un impulso con doble papel, por un lado con la captación de esas personas mayores que se pudieran beneficiar del programa, y por otro de un seguimiento técnico”. Y es que se ha preocupado de dejar muy claro que “todo esto está muy bien cuidado”, añadiendo que “las futuras uniones tendrán garantías previas de que irá bien y que habrá afinidad”. De hecho, todo esto se recoge en el texto firmado, un respaldo al programa ya existente, “se lleva haciendo desde hace años”, que está acogido en la propuesta general de UAL UNE y que “aúna un beneficio para las personas mayores o con algún impedimento físico y para los estudiantes a los que acogen, y más en una época de dificultades como la que vivimos”. Se ha referido, más en concreto, al “problema de soledad que vive cada vez más la población mayor”.
Los datos hasta ahora logrados invitan a dar un impulso: “Los dos últimos años las solicitudes de estudiantes han sido más de 40 y, sin embargo, las de mayores no llegaban a cinco”. La COVID-19 ha pasado factura en ese sentido, y con ello se quiere romper de manera definitiva, insistiendo Carmelo Rodríguez en la aportación que supone realmente este programa: “Se valora que tengan experiencia en voluntariado, pero es para todos los interesados, sabiendo que da mucha satisfacción, y estoy convencido de que aquellos estudiantes que tengan la oportunidad de vivir con una persona mayor y ayudarla en diversas cuestiones, como trámites administrativos, van a sentir la inspiración de iniciar un aspecto de la vida más solidario del que se tenían previamente”. No ha dudado en anteponer “la satisfacción personal más allá de progreso científico”.
En la misma línea se ha expresado Loles López, que ha agradecido a la UAL y al rector la labor social que realiza no solo en este, sino en otros ámbitos. Se ha felicitado de conectar a estudiantes y personas mayores para que convivan y así “se creen lazos entre generaciones y combatir la soledad no deseada”. En definitiva, se trata de “poner en contacto a personas que se puedan ayudar mutuamente”. El programa promueve la conexión intergeneracional, uniendo a jóvenes con necesidad de alojamiento y a personas a partir de 55 años o menores de esa edad con discapacidad reconocida. Así, la misión de la Consejería es poner en contacto “a estudiantes y personas mayores que tienen distintas necesidades, pero que pueden aportarse mucho los unos a los otros”, a lo que ha añadido la definición de “enemigo silencioso” en referencia a “la soledad no deseada”.
Las solicitudes serán valoradas por trabajadores sociales y así se harán los emparejamientos que, si son satisfactorios y tras un mes de prueba, se reafirmarán en un pacto escrito de convivencia. El estudiante deberá aportar una cuantía económica con la que compensar los gastos de agua, electricidad y gas, pero esta no superará en ningún caso el 50 por ciento de los recibos. López se ha unido al mensaje de confianza a las familias y a los propios mayores, dado el especial cuidado que se pone en todo el proceso, lo que ha quedado recogido en el convenio entre UAL y Junta. “Los mayores son una fuente de sabiduría”, ha insistido la consejera, que ha defendido que este programa permite, del mismo modo, “llenar de experiencias” a la persona joven. Además, habrá varios proyectos más conjuntos sobre los que se está trabajando, como el ‘Aula de la Experiencia’.