Inicio de las actividades ofertadas por la Unidad de Deportes a través de esta arte marcial moderna, que tendrá puertas abiertas esta semana para que toda la comunidad universitaria pueda conocer sus beneficios.
Encuadrada dentro de ‘Deporte y Salud’, en donde encaja perfectamente, el plazo de inscripción para practicar aikido ya está abierto, aunque se puede probar antes. La experiencia que queda del curso anterior es que quien probó, se quedó. El primer grupo de universitarios repite completo, y ya hay nuevas solicitudes. El aikido es un arte marcial que es capaz de hacer visibles en la persona los beneficios que le aporta. Esta semana la actividad disfruta de sus jornadas de puertas abiertas para que todo el que quiera probar tenga la oportunidad de hacerlo sin compromiso.
Se trata del plano físico y del mental en armonía, de un equilibrio en la integración de la vida académica y deportiva. Esta arte marcial de origen japonés es la base de las técnicas de defensa personal, que pueden ser usadas por cualquiera sea cual sea su complexión: “Consiste en aprovechar la fuerza del contrario para utilizarla en tu beneficio, así que no es necesaria la tuya, y se consigue una defensa perfecta”. Así lo asegura Vanesa Estévez, sensei primer Dan, que es la responsable de las clases con ayuda del también sensei Juan Hernández.
El ejemplo de que es para todos se encuentra en el mismo creador del aikido, MoriheiUeshiba, “un hombre que a principios del siglo XX practicó distintas disciplinas como el judo o el sumo, pero con la particularidad de su físico, ya que medía 1’54 metros y pesaba 50 kilos, y que se hizo muy famoso por vencer a luchadores históricos”. Con una carga filosófica muy grande, “no es competitivo con los demás, sino hacia la misma persona, ayudando a tener control sobre si mismo, eliminar la frustración y subir la autoestima, además de anular el estrés”.
Con un precio por clase de 2,50 euros si se tiene la Tarjeta Deportiva, o de 1,25 euros si es Plus, además convalida créditos, como el resto de la oferta de la Unidad de Deportes: “Mientras haces una actividad en la que creces como persona y disfrutas, al tiempo de que amplías tus círculos de relaciones sociales, te cuenta para año siguiente”. Compagina también así las vidas académica y deportiva, pero además Estévez añade que incluso es una formación extra:“El Consejo Superior de Deportes y el Ministerio dan la ventaja añadida al aikido de que los universitarios pueden pedir la convalidación de los grados que se vayan consiguiendo en esta arte marcial con títulos de Técnico Deportivo de Grado Medio o Superior, dependiendo del nivel, lo que supone una salida laboral paralela a la propia carrera que se esté cursando”.
La defensa personal es una de sus principales aplicaciones en el día a día, mismas técnicas que se enseñan para “defensa policial o para el personal sanitario que trata con pacientes que tienen un nivel de peligrosidad”. Dichas técnicas de control del aikido evolucionan del arte de los samuráis y consisten en “controles sobre las articulaciones, lo que ahora los estudiantes de titulaciones de deportes reconocen como biomecánica, pero que para su creador, hace tantos años y en una aldea de Japón, supuso mucho estudio y meditación hasta formar algo que tuvo sentido, un arte marcial para la cual no era necesaria la fuerza pero que tenía una efectividad brutal”. Es por ello que “se requiere madurez, ya que son técnicas complejas que pueden hacer mucho daño si se aplican”.
Dentro del Programa de Actividades de la Unidad de Deportes de la Universidad de Almería, que se divide en ‘Naturaleza’ y ‘Deporte y Salud’, la primera en entrar en escena es precisamente el aikido, que según asegura Vanesa Estévez “hace visible la mejoría en dos semanas”. Habla de “beneficios muy grandes” y de “seguridad en uno mismo”, todo para “controlar tu cuerpo y que tu cuerpo no te controle a ti”. El aprendizaje es progresivo, continuado y creador de un hábito: “Quienes practican aikido tienen capacidad de funcionar como un autómata, resolver el conflicto y salir de ataques sin pensarlo; el cuerpo reacciona por estímulos y la defensa es automática, ya que las técnicas fluyen solas”.
En definitiva, “trabaja el cuerpo y la mente, promoviendo el autocontrol, auspiciando serenidad y controlando el estrés, que cuando eres universitario sueles padecerlo”. La sensei recuerda que “en estudios recientes tanto en neurociencia como en pedagogía se habla de que para mantener el cerebro activo es necesario el ejercicio físico, las relaciones sociales y tener retos activos, y todo está contenido en el aikido”. Valores como el respeto, la disciplina y la tenacidad se potencia con la práctica de esta modalidad, cuyo aprendizaje “no tiene límite”. En el mundo actual “está claro que es necesario tener nociones de defensa personal, y las técnicas son movimientos que se ejecutan de forma natural, sin conciencia de tensión, con autocontrol y relajación”.