Es una de las conclusiones a las que ha llegado, tras años de estudio, el profesor alemán del Centro de Música y Cerebro de la Universidad de Asrhus (Dinamarca), Boris Alexander Kleber, que participa en el Curso de Verano ‘Entrenando tu cerebro: del piano a la cocina’.
El cerebro cambia con cada cosa nueva que aprendemos y lo hace a lo largo de toda nuestra vida. En los primeros años lo hace de forma más rápida y con el paso del tiempo de una forma más lenta. No es lo mismo aprender a tocar el piano con 7 años que con 80, aunque en ambos casos ese aprendizaje modifica nuestro cerebro. Sobre estos temas y en especial sobre la actividad cerebral de los cantantes ha hablado este lunes, 2 de julio, Boris Alexander Kleber, profesor en el Centro de Música y Cerebro de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) en el marco del Curso de Verano ‘Entrenando tu cerebro: del piano a la cocina’.
“Antiguamente pensábamos que al ser adultos el cerebro no cambiaba más pero sí cambia, solo que lo hace más lento. Cuando somos jóvenes es más fácil porque el cerebro está más receptivo a los cambios, por eso los niños tienen más facilidad para aprender idiomas, por ejemplo”, asegura Kleber.
Sin embargo este doctor en Neurociencias, que desde 2016 centra sus estudios en la actividad cerebral de los cantantes, cree que en el caso de estos no influye tanto cuándo comienzan a cantar en el resultado de su aprendizaje. Las conclusiones son “sorprendentes porque el cerebro de los cantantes tiene más actividad en algunas partes que el resto de las personas y usan más la información corporal”. De hecho a partir de los 14 años es cuando una persona ya “ha llegado a la madurez de la voz, tiene formado completamente el cráneo…Todo cambia a esa edad y parece que para los cantantes este puede ser es un momento clave para desarrollar sus habilidades de vocales”.
Kleber asegura que lo interesante es que los cantantes “usan el mismo sistema que el resto de personas cuando hablamos porque la producción de sonido es la misma, la fisiología es la misma. Para cantar necesitas el aire, que las cuerdas vocales se cierren de forma que puedan vibrar, etc”. Sin embargo “el cerebro de un cantante funciona de forma diferente, tiene mejor control motor”. Así, comparando fotografías del cerebro tomadas mientras cantan con las de un cerebro de una persona que no canta han podido ver cuáles son las estrategias que usan los cantantes. Entre otras “un mayor uso de la información corporal”. De forma que cuando van a emitir, por ejemplo, una nota alta, “su cerebro, antes de emitir el sonido, ha hecho un cálculo para predecir el futuro y en base a ese cálculo proyecta la voz como lo ha ensayado previamente, poniendo el cuerpo en la postura que el cerebro predice que debe poner para sacar con fuerza ese sonido”.
Sobre la influencia de la música, el movimiento y la alimentación en el cerebro han ido el resto de ponencias y mesas redondas de este Curso de Verano que se desarrollará hasta el miércoles en el Castillo de Santa Anta.
En este mismo escenario también ha comenzado este lunes el curso ‘Las distintas respuestas jurídicas al Fake News’ en el que se debatirá durante tres días sobre la funcionabilidad de las redes sociales en el ámbito de las noticias falsas y cuáles pueden ser las soluciones legales a esta práctica cada vez más habitual.