Una investigación de la UAL analiza la influencia que ejercen diferentes dosis de blanqueo de la cubierta de los invernaderos en el microclima interior y sobre el comportamiento agronómico de un cultivo.
Investigadores del Grupo de Investigación ‘Ingeniería Rural’ de la Universidad de Almería han publicado un artículo en la prestigiosa revista Agronomy en el que establece la influencia que ejercen diferentes dosis de blanqueo de la cubierta de invernaderos en el microclima interior y sobre el comportamiento agronómico de un cultivo de tomate; presentando recomendaciones prácticas directamente aplicables por parte de los agricultores.
El blanqueo de la cubierta se realiza en los invernaderos de Almería desde hace décadas para reducir la temperatura interior a través del aumento de la reflexión de la radiación que impacta sobre los invernaderos, pero presenta el efecto negativo colateral de que al cultivo le llegue menos radiación utilizable para realizar la fotosíntesis, y no se alcance una producción óptima.
Este estudio de investigadores de la UAL ahonda en la adecuada gestión de esta técnica de control climático de bajo coste para incrementar la producción de los cultivos. El estudio concluye la conveniencia de doblar la dosis habitual en la aplicación del blanqueo en el ciclo de cultivo de otoño-inverno y reducir a la mitad la de primavera-verano, puesto que estos cambios proporcionan frutos de mayor tamaño. Aplicar las dosis necesarias en cada época del año, una técnica pasiva sin consumo energético, ayudará sin coste adicional a aumentar la productividad de las explotaciones agrarias.
El ensayo se llevó a cabo en dos ciclos de cultivo consecutivos de tomate. Durante el transcurso del primer ciclo de cultivo (otoño-invierno) se evaluó el efecto de diferentes dosis de blanqueo seleccionadas en base al rango de concentraciones utilizado por los agricultores de Almería. El método de aplicación fue el utilizado por las empresas del sector, donde la solución de CaCO3 se aplica con una boquilla de pulverización mientras el operario se desplazaba sobre la superficie del techo del invernadero.
Por otro lado, se analizó el efecto del blanqueo sobre la actividad fotosintética, la producción, parámetros morfológicos de crecimiento de las plantas y, la calidad de los frutos cosechados. Además, se estudiaron las diversas componentes de la radiación solar, particularmente el espectro fotosintéticamente activo (PAR), las temperaturas del aire y del suelo, y el flujo de calor en el suelo; de esta forma pudo efectuarse un balance energético preciso para evaluar el efecto sobre el microclima del invernadero. Los resultados mostraron en qué medida el aumento de la dosis de blanqueo reduce la transmisibilidad de la cubierta, disminuyendo las temperaturas máximas extremas al comienzo del ciclo de otoño-invierno y, reduciendo la actividad fotosintética a lo largo del resto del año. Como resultado de los menores niveles de fotosíntesis causados por el aumento del blanqueo en el ciclo otoño-invierno, se observaron importantes pérdidas de producción, alrededor del 0,8%-1% por cada 1% de reducción de la transmisividad, por lo que sería recomendable aplicar la concentración de 0,500 kg L-1 (el doble de la habitual) para el inicio del ciclo de cultivo de otoño-invierno y lavar la cubierta a mediados de septiembre, para evitar pérdidas de producción.
Con respecto al ciclo de cultivo de primavera-verano, la dosis variable no fue eficaz comparándola a una aplicación constante (0,250 kg L-1), debido al efecto negativo de la reducción de la fotosíntesis, y por tanto de la producción, causada al utilizar dosis más altas. Las plantas se vieron más favorecidas durante todo su ciclo productivo (aumentando la productividad), por las condiciones más adecuadas en sus primeras fases de desarrollo, donde se aplicaron menores dosis de blanqueo. Por ello, los investigadores de la Universidad de Almería recomiendan aplicar dosis de 0,125 kg L-1 al final de la primavera.
El Grupo de Investigación está desarrollando técnicas de bajo coste aplicables directamente por los agricultores para mejorar la productividad de los invernaderos y reducir costes; basadas en un incremento de la actividad fotosintética de los cultivos, mediante la reducción del blanqueo de la cubierta, el incremento de la ventilación natural, plásticos de cubierta y dobles techos fotoselectivos, mejora de la arquitectura de la planta y el uso de acolchados reflectantes.