Un grupo de investigación internacional, con una investigadora de la Universidad de Almería como primera autora, ha estudiado los resultados favorables que puede tener el compromiso multicultural a la hora de frenar las actitudes negativas y la desigualdad intergrupal.
La reducción de prejuicios o la acción colectiva son las dos vías que se han estado utilizando desde la Psicología Social como los acercamientos más eficaces para abordar la desigualdad intergrupal. Desde la UAL, con la investigadora Ana Urbiola como primera autora del grupo de investigación internacional, se ha realizado un estudio sobre esta materia.
Las investigaciones indican que “la reducción de prejuicio sostiene que cambiar las actitudes negativas individuales de los miembros de grupos aventajados eliminará la base de la discriminación y conducirá a la armonía intergrupal. Por su parte, la acción colectiva sostiene que la visibilización de las desigualdades, la protesta social y el activismo pueden mejorar la posición social de los grupos desfavorecidos”. No obstante, el problema es que investigaciones previas muestran que los esfuerzos por reducir prejuicios pueden ser contraproducentes para el cambio genuino de las relaciones de poder. “Usando una metáfora médica, la reducción de prejuicios podría aliviar el dolor percibido, pero, al hacer el dolor soportable, puede bloquear los esfuerzos colectivos para mantener la atención en los factores que desencadenan la enfermedad, produciendo así efectos secundarios indeseables para la salud”, se deriva del estudio.
Ante esta situación, el equipo de investigación internacional, del que forma parte la Universidad de Almería, compuesto por Ana Urbiola, Craig McGarty y Rui Costa-Lopes se propone una tercera vía integradora de los dos acercamientos: el llamado modelo AMIGAS (Achieving Multicultural Integration of Groups Across Society), en el que se propone el Compromiso Multicultural como motor para integrar la mejora de las actitudes intergrupales, así como la promoción de la acción colectiva para la reducción de la desigualdad.
El núcleo de su argumento es que un Compromiso Multicultural (compuesto por el apoyo a una ideología multicultural, el identificarse como una persona multiculturalista, y una conceptualización de la identidad nacional compatible con la existencia de la diversidad cultural) puede, en condiciones contextuales favorables, promover tanto la reducción de prejuicios como una mayor acción colectiva hacia el cambio social. En otras palabras, el multiculturalismo no tiene por qué ser una panacea ni una maldición, pero su implementación y experiencia colectiva como algo más que una ideología facilita la presencia de aceptación de grupos culturalmente diversos, sin una asimilación forzada u opresiones por parte de la mayoría social, sino facilitando la participación en acciones para el cambio social igualitario.
Este modelo se puede aplicar en encuentros de diferentes grupos culturales con relaciones de poder desiguales. Esos encuentros comúnmente involucran a inmigrantes que llegan a las comunidades de acogida, como está sucediendo en Europa ahora y como ha sucedido durante decenas de miles de años. También es aplicable a las relaciones entre mayorías y minorías indígenas o autóctonas.
La confirmación en futuras investigaciones de que el Compromiso Multicultural puede conducir no solo a la reducción de prejuicios sino también a la acción colectiva y al apoyo al cambio social en favor de los más desfavorecidos significaría tener un marco eficaz, guiado por evidencia empírica, para informar en la creación de políticas e intervenciones efectivas de reducción de prejuicios en las escuelas o en ONGs.
Referencia bibliográfica:
Urbiola, A., McGarty, C., & Costa-Lopes, R. (2021). The AMIGAS Model: Reconciling Prejudice Reduction and Collective Action Approaches Through a Multicultural Commitment in Intergroup Relations. Review of General Psychology. https://doi.org/10.1177/10892680211056321