La revista Science of the Total Environment publica los resultados de un estudio que se ha realizado junto a científicos israelíes a partir de la modelización matemática y datos de los sondeos que la Planta Desaladora de Almería tiene en el Delta del Andarax desde hace más de una década, y que evidencia una mejora de la calidad del agua.
Se ha partido desde una hipótesis clara para llevar a cabo un interesante trabajo de investigación conjunto entre la Universidad de Almería y el Servicio Geológico de Israel, como ha sido suponer que la extracción de agua salina de un acuífero costero generaría una barrera hidráulica que impediría la salida de agua dulce hacia el mar, acumulándose tras esta barrera, y, de esta forma, aguas arriba de esta barrera se mejoraría la calidad del agua en el acuífero, gracias a producirse una reducción paulatina en su salinidad. Este estudio, que se ha basado en las extracciones de agua salina por parte de la Planta Desaladora de Almería en el Delta del Andarax, finalmente ha permitido que se valide dicha hipótesis. Todo ello ha quedado reflejado en un artículo publicado en la revista STOTEN, Science of the Total Environment, titulado ‘Efectos a largo plazo de la extracción de agua subterránea salina para desalación sobre la interfase agua dulce – agua salada: observaciones de campo y modelización numérica’.
El trabajo de campo ha consistido en la realización de medidas de la salinidad del agua subterránea en el acuífero del Delta del Río Andarax antes de que la Planta Desaladora comenzase a extraer agua salina de él, así como también a lo largo de los doce años de su funcionamiento. Durante este tiempo, la calidad del agua ‘aguas arriba’ de las extracciones ha mejorado sustancialmente, pero además de ofrecer datos sobre ello se ha completado el estudio realizándose una ‘modelización matemática’ que permitirá predecir qué ocurriría bajo los diferentes escenarios que van desde incrementos en la ratio de extracción hasta el cese absoluto del mismo. Esos datos de campo y la modelización matemática, ambas herramientas, muestran claramente cómo la extracción de agua salina de un acuífero costero es una metodología efectiva para luchar contra el grave problema de la intrusión marina.
Hasta ahora se asumía que los acuíferos con flujo de densidad variable, como lo son estos acuíferos costeros, son sistemas muy dinámicos y vulnerables a la acción antrópica. Una lámina de agua subterránea dulce, de menor densidad, se superpone sobre otra de agua salina. Desde hace ya más de un siglo se conoce cuáles son los efectos de la extracción de agua dulce en estos sistemas, y consisten en la salinización del tramo de agua dulce del acuífero, lo que por tanto conlleva degradación de este y la pérdida de un recurso en muchas ocasiones esencial. La salinización de acuíferos es un fenómeno que se ha generalizado en todo el mundo convirtiéndose en uno de los mayores problemas ambientales y socioeconómicos que sufren las áreas costeras en ambientes semiáridos.
Dicho esto, menos conocidos hasta este estudio de la UAL y el Servicio Geológico de Israel eran los procesos que se producen en este tipo de acuíferos cuando lo que se extrae de ellos es agua del tramo salino. Ese ‘desconocimiento’ se debía a que solo en contadas ocasiones ha existido interés en extraer un agua salina que no sería útil como recurso para abastecimiento o riego. Sin embargo, esta agua sí tiene utilidad para abastecer a una planta desaladora, como de hecho ocurre en el Delta del Andarax. Aquí, una batería de diecinueve sondeos extrae agua salina del acuífero para abastecer a la Planta Desaladora de Almería, sirviendo como campo de actuación para los investigadores que han mostrado su beneficio contra la intrusión marina.