Se trata de una disciplina emergente, de la que existen muy pocos estudios, con la que se analizan el lenguaje corporal y las emociones tanto de los perros como de las personas que interactúan con ellos. En el mes de marzo se realizará en la UAL un proyecto con estudiantes y usuarios con discapacidad del Centro de Investigación para el Bienestar e Inclusión social
El grupo de investigación Sistemas Interactivos (TIC-269) de la Universidad de Almería va a iniciar el próximo mes de marzo un proyecto pionero en el mundo, vinculado con Animal-Computer Interaction (Interacción Animal-Máquina). Consiste en hacer un estudio de las relaciones que se establecen entre personas con discapacidad y los animales para detectar los beneficios de la interacción entre este colectivo y los perros a través del lenguaje corporal y las emociones.
Los participantes van a ser usuarios del Centro de Investigación para el Bienestar e Inclusión Social (CIBIS). Este proyecto pionero va de la mano de un proyecto de la Universidad de Granada en el que actualmente colabora este grupo de investigación “analizando, a través de la grabación de imágenes y su posterior análisis, si los perros benefician minimizando el estrés de estudiantes en picos donde puede ser más alto como los períodos de exámenes”, ha explicado el investigador y profesor de la UAL José Antonio Piedra.
Este estudio de la UGR se va a replicar en la Universidad de Almería, con la participación de unos 20 estudiantes, que se someterán a mediciones a lo largo del año para analizar el nivel de cortisol (antes y después de los exámenes) en sesiones llevadas a cabo en la Biblioteca Nicolás Salmerón, pero incluyendo a usuarios del CIBIS. “La gran novedad es que queremos hacer extensivo el estudio a las personas con discapacidad para comprobar si la terapia con perros también beneficia a este perfil de personas. Queremos ver si podemos analizar también, a través de visión artificial, las emociones a través las expresiones en estas personas y si se produce un beneficio a nivel emocional y de reducción del estrés. Sabemos que va a ser difícil porque se trata de micro gestos, muy cortos en el tiempo, sutiles y que serán difíciles de identificar”. Esta investigación es totalmente novedosa, “no existe ningún estudio al respecto y consideramos que puede ser muy interesante y, además, que puede aportar a los usuarios los beneficios de la propia interacción con perros”, ha explicado Piedra.
A nivel mundial hay aproximadamente unos 10 grupos de investigación trabajando en Aninal-Computer Interaction, sin embargo, “el sector de mascotas es uno de los que más ha crecido, de hecho, en pandemia aumentó un 30 por ciento más que el resto de sectores. Es, por tanto, un sector en el que están poniendo el foco las empresas, porque las cifras reflejan que hay más perros que niños en España, más del doble”.
Un dato que refuerza Juan Jesús Ojeda, profesor sustituto interino del Departamento de Informática. “Hay muy pocas publicaciones de Animal-Computer Interaction en revistas de impacto. Es una realidad emergente. Esta disciplina, que empezó a tener más relevancia a partir del año 2011 con la publicación del manifiesto de Clara Mancini, es bastante nueva con lo cual el reconocimiento de expresiones o emociones a través de la expresión corporal o facial es algo que no se ha investigado apenas”.
El objetivo es estudiar las expresiones faciales tanto de las personas como de los perros “para detectar si se correlaciona ese cortisol que estamos midiendo para el estrés con la posición corporal y las expresiones faciales, ver si se pueden distinguir esos niveles de cortisol a través de ellas”. Sobre cuándo se podrán tener resultados, Juan Jesús Ojeda asegura que “para el próximo año contaremos con el suficiente material para analizar. Y en 2026 podremos tener los resultados del estudio”. A raíz de estos proyectos, se está creando a nivel europeo una Red de Animal Computer Interaction, iniciativa que lidera la Universidad de Granada y que tendrá codirección por parte de la UAL.