Está pensada para zonas montañosas y clima semiárido y permite evaluar rápidamente las consecuencias de actuaciones humanas o eventos climáticos extremos y prever la evolución de los recursos hídricos a medio plazo y así poder adelantarse a situaciones de escasez grave.
Con el fin de conocer la evolución en los recursos hídricos disponibles bajo diferentes escenarios de cambio climático, el Grupo de Investigación AGR198- Ingeniería Rural de la Universidad de Almería ha analizado los datos climáticos de los últimos 20 años, desde el año 2000 al 2020, para la cuenca del Río Andarax como caso de estudio, y que afectan a 6.400 hectáreas de regadío, distribuidas en 3.520 de olivos, 840 de almendro, 800 de cítricos y 510 de invernaderos.
Las variables climáticas analizadas muestran una disminución de las precipitaciones y de la evapotranspiración, así como un aumento de la temperatura. Analizado el modelo hidrológico de la cuenca, se observa que el principal efecto climático es que se espera que los recursos disponibles disminuyan en un 50% respecto a los actuales en los próximos 20 años, y esta menor disponibilidad de recurso hídrico afectará principalmente a los actuales usos agrícolas de la tierra, que deberían ser reconsiderados a medio plazo.
Con estos datos, los investigadores concluyen que la política de uso de aguas superficiales, el plan hidrológico 2021-2027, se calculó con supuestos climáticos que ya no se cumplen. En consecuencia, esta investigación revela la utilidad de los estudios climáticos a escala de cuenca en el sur de Europa para determinar la disponibilidad de recursos hídricos en un futuro próximo.
A corto plazo, este trabajo ha permitido desarrollar una metodología de gran precisión para evaluar los efectos del cambio climático en zonas montañosas y clima semiárido. A medio plazo, se ha establecido un modelo del territorio que es sencillo de actualizar por lo que pueden ser evaluadas rápidamente las consecuencias de actuaciones humanas o eventos climáticos extremos y prever la evolución de los recursos a medio plazo y así poder adelantarse a situaciones de escasez grave.
Los responsables han partido de la base de que el clima y el ciclo hidrológico están estrechamente relacionados, estudiando la evolución de la distribución de la escorrentía y su impacto en los recursos hídricos disponibles bajo diferentes escenarios de cambio climático.
Han utilizado el método Balance de la Humedad del Suelo (SMA), principalmente por la gran relevancia hidrológica de la acumulación y el deshielo de la nieve en zonas montañosas. Como caso de estudio, se aplicó a una cuenca del mediterráneo occidental alterada desde la antigüedad.
Además, apuntan a que el aumento de la temperatura puede influir en la variación y distribución prevista de las precipitaciones, y por tanto también tendrá un efecto importante en la disponibilidad de recursos hídricos, ya que por ejemplo la disminución de la cubierta nival por el leve aumento de temperatura produce un aumento de la escorrentía y hace que las actuales infraestructuras hidráulicas no sean capaces de almacenar el agua superficial, y por tanto se tendrá menor disponibilidad de agua a medio y largo plazo en la cuenca analizada.
Los responsables de esta investigación, que contribuirá a un mejor diagnóstico de las consecuencias del cambio climático y por ende a una mejor actuación ante la escasez hídrica, son Antonio Jesús Zapata‐Sierra, profesor titular de Ingeniería Hidráulica; Francisco Manzano‐Agugliaro, catedrático de Expresión Gráfica en la Ingeniería y Lourdes Zapata‐Castillo, alumna del programa de doctorado Tecnología de Invernaderos e Ingeniería Industrial y Ambiental.