En un trabajo realizado conjuntamente con la Universidad de Lleida y el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias, el grupo de investigación de ‘Biotecnología de microalgas marinas’ ha incorporado biomasa de microalgas producidas en la UAL como ingredientes en panes y galletas saladas. El objetivo es aumentar los niveles de antioxidantes en estos productos.
La Universidad de Almería lleva años siendo pionera en la producción de microalgas. El grupo de investigación de ‘Biotecnología de microalgas marinas’ produce biomasa de distintos tipos de microalgas para múltiples aplicaciones. En este caso, en colaboración con investigadores de la Universidad de Lleida y del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias, han introducido biomasa de dos tipos de microalgas como ingredientes en la elaboración de panes y galletas saladas.
Se trata de la microalga Tetraselmis. En Europa, Chlorella, Dunaliella y Spirulina eran las tres únicas algas que hasta ahora se podían emplear para el consumo humano.
Esta investigación es una colaboración que “ha dado como fruto varias publicaciones y ha permitido que el investigador Tomás Lafarga, haya ganado una beca Juan de la Cierva para trabajar en la Universidad de Almería y desarrollar aquí esos trabajos en conjunto”, explica Gabriel Acién, director del grupo de investigación.
El objetivo de este proyecto ha sido enriquecer estos productos con ingredientes procedentes de microorganismos marinos que tienen un alto contenido en antioxidantes. “Vimos que al incorporar las microalgas en el pan y las galletas la capacidad antioxidante total del producto aumentaba, siempre comparando con el control que en este caso era pan blanco”, explica Tomás Lafarga.
Elegir el pan como alimento que enriquecer con biomasa de microalgas no ha sido una decisión tomada al azar. “A la hora de enriquecer alimentos lo ideal es hacerlo en aquellos que sean de consumo diario y saludables, por eso elegimos el pan porque está recomendado por todas las autoridades y es la base de la alimentación de muchísimos países”. Además de en pan y galletas probaron con otros productos como en sopa de brócoli “aprovechando que ya era verde y no iba a alterar la percepción de los consumidores”.
Las microalgas aportan numerosos beneficios. Una de las ventajas que tienen “es que dependiendo de las condiciones de producción y las especies que se utilicen pueden tener unas propiedades u otras. Así se pueden utilizar en un muy diversas aplicaciones como por ejemplo enriquecer alimentos en proteínas, en carotenoides, ácidos grasos Omega 3, entre otros”. Los consumidores potenciales valoraron la textura y el sabor.
Los resultados del estudio ‘Potential of the microalgae Nannochloropsis and Tetraselmis for being used as innovative ingredients in baked goods’, han sido publicados en la revista LWT – Food Science and Technology.
La UAL es pionera en la producción de microalgas. “Tenemos un grupo de investigación que ha desarrollado diversos sistemas de producción de algas y nos permite producir distintas especies y promover que éstas acumulen distintos compuestos con más o menos valor agregado como antioxidantes, ácidos grasos polinsaturados, etc”, señala Gabriel Acién. Además, cuentan con una planta de reactores tubulares “que nos permite producir biomasa de altísima calidad, libre de contaminantes y de calidad alimentaria que es la que estamos aplicando en este proyecto y en otras aplicaciones como en cosmética o productos farma”.