El más importante evento de divulgación organizado desde la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad de Almería alcanza su nonagésima edición, desde su nacimiento en 2009, de la mano de Guillermo López, catedrático de la Pablo de Olavide, hablando de ‘Disfunción mitocondrial y respuesta inmunológica en enfermedades infecciosas’.
Justo lo que había dejado aparcada esta propuesta de ‘largo recorrido’ en la historia de la UAL, la COVID-19, ha permanecido de fondo a lo largo de la charla que ha reabierto los ‘Viernes Científicos’ tras un año de obligado parón por la incidencia del coronavirus. Según ha explicado en su presentación el decano de la Facultad de Ciencias Experimentales, que es la cuna de esta señera actividad de divulgación científica, la reciente experiencia exitosa en la celebración de San Alberto ha sido el espaldarazo que se necesitaba para apostar por recuperarla con formato on-line. Juan José Moreno ha agradecido a los equipos directivos de la Facultad desde 2009 “haber motivado y promocionado los Viernes Científicos, acción divulgativa más importante, o al menos de las más visibles”, que ha vuelto para no retirarse más. “Lo que hemos preparado para las próximas ediciones seguro que es muy interesante para todas las titulaciones de la facultad”, ha asegurado.
La vuelta se ha producido con la idoneidad que da la ‘actualidad COVID’, puesto que se ha puesto el foco en una explicación muy amplia del sistema inmunológico humano, pasando después a pormenorizar en la lucha natural frente a los SARS. Su título ha sido ‘Disfunción mitocondrial y respuesta inmunológica en enfermedades infecciosas’, conferencia pronunciada con gran dinamismo a cargo de Guillermo López, catedrático de Biología Celular de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Ha sido presentado por Trinidad Angosto, vicedecana de Biotecnología, Investigación y Relaciones Internacionales, que ha expresado su satisfacción “por traer a Almería, aunque sea virtualmente”, a un ponente de tan alto prestigio. Además, ha recordado que López es investigador del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, cuya principal línea de investigación está centrada en el campo del metabolismo y los sistemas antioxidantes endógenos relacionados con enfermedades metabólicas y el envejecimiento.
Autor de más de noventa publicaciones en revistas científicas internacionales y una veintena de capítulos de libro, ha explicado en su intervención cómo el sistema inmunológico defiende al organismo frente a organismos patógenos de diferente naturaleza. Así, el coronavirus ha tenido protagonismo en la parte final de su charla, como también antes, en la visión general, bacterias, protozoos y otros patógenos, sin olvidarse de células tumorales. Son estos “los blancos potenciales de la acción de un conjunto de células con diferentes capacidades, cuya actividad conjunta genera la eliminación de patógenos y células anómalas”. Así, situada en la base de su exposición está la certeza de que “ciertas enfermedades crónicas, o el envejecimiento, se desarrollan conjuntamente con una actividad descoordinada del sistema inmunológico”.
Ha dejado clara la importancia de la actividad mitocondrial en una respuesta inmunitaria equilibrada y regulada, que evite efectos secundarios debidos a los procesos inflamatorios. Así, posibles disfunciones mitocondriales asociadas con mutaciones, enfermedades crónicas o simplemente con el envejecimiento pueden “causar respuestas inflamatorias excesivas y disminuyen la capacidad de los linfocitos para activarse y mantener su capacidad de respuesta”. Esto conlleva “liberaciones excesivas de mediadores, como las citoquinas, en lo que se ha denominado tormenta de citoquinas”, ha subrayado López.
Aplicado al SARS-CoV-2, “si mejoramos la actividad mitocondrial con una serie de factores y se produce la mejora de respuesta inmunológica de linfocitos, bajaría la respuesta inflamatoria, y habría una mejor predisposición a atacar al virus”. Esto explicaría “por qué las personas jóvenes suelen tener una respuesta frente a la COVID mucho más moderada, o baja, que las mayores”. El factor inflamatorio crónico provoca una respuesta antivírica deficiente, siendo múltiples los artículos en los últimos meses, ya que se intentan buscar soluciones que salven vidas.
Guillermo López ha dejado claro que “el propio virus puede inducir a la respuesta inflamatoria y da lugar a todo el fenómeno”, siendo “interesante” el interferón: “Se ha propuesto ya, y de hecho se está utilizando en algunos casos, usarlo ‘intranasal’ contra el virus para bajar la inflamación y la carga vírica”. No hay que olvidar que “el virus viene preparado para inhibir el sistema del interferón, directamente, y ya no solo es la célula infectada, sino la de al lado”. A eso ha añadido que “una respuesta normal contra el virus, el interferón de tipo 1 activaría el sistema inmunológico para atacarlo bien, activaría también anticuerpos específicos contra él, pero el propio SARS reduce la producción de mediadores que lo activan, lo que en situaciones de problemas de mitocondria conlleva una ‘tormenta perfecta’”.