El ingeniero de minas, Rafael Fernández, premio Rey Jaime I de Protección del Medio Ambiente 2006, ha impartido una conferencia sobre la recuperación de las zonas de actividad minera.
A través de 90 transparencias que recorren la vuelta al mundo, Rafael Fernández, premio Rey Jaime I de Protección del Medio Ambiente, ha transmitido a los presentes cómo la minería, que en general tiene ese crespón negro que la envuelve de que es el caballo de Atila que destruye todo, se están haciendo a nivel español y mundial muchas rehabilitaciones que son espectaculares y están convirtiendo lo que era un ‘pasivo ambiental’ en un ‘activo ambiental’ del cual la sociedad se puede beneficiar.
Rafael Fernández ha sido el encargado este año, en el marco del Minisimposio de investigación de Ciencias Experimentales, de ofrecer la Conferencia San Alberto Magno, con motivo de la festividad del patrón de la facultad, y la ha dedicado a los “Retos ambientales en la minería”.
Entre los ejemplos que ha ido desgranando en su ponencia ha destacado el de una mina de carbón en Inglaterra que hoy en día es una zona recreativa para jóvenes y mayores, una cantera en Suecia que actualmente es un escenario para ópera y conciertos con una acústica impresionante o el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, en Cantabria, que fue una mina de hierro y hoy alberga 50 especies animales de los 5 continentes en riesgo de extinción y cuenta con la mayor concentración de oso pardo del mundo.
Para Rafael Fernández, los retos son muchos porque lo más difícil de atender y donde ha habido la revolución en los últimos años es cuando se producen aguas ácidas de minas. “Las técnicas actuales son muy biológicas y blandas, lo que se llaman pantanales, que consiguen hacer una depuración natural de esas aguas para que se pueden utilizar en la agricultura e incluso en el abastecimiento”. Un gran paso puesto que “hace 10 años la literatura de contaminación en el 80-90 por ciento estaba concentrada en este problema, que hoy día cuenta con la solución para poderlo resolver con métodos pasivos que no son para nada agresivos”.
La Facultad de Ciencias Experimentales está celebrando estos días la festividad de su patrón San Alberto Magno. En los últimos años lo vienen haciendo dentro del contexto del Minisimposio de investigación en Ciencias Experimentales que celebra este año su sexta edición. “Una experiencia que empezó de forma experimental y que consistía fundamentalmente en el apoyo que desde la facultad hacemos por los jóvenes investigadores”, ha explicado el decano de la facultad, Enrique de Amo.
En este sentido ha señalado que “es muy importante que cuando se empieza la carrera investigadora se puede compartir la experiencia con otros investigadores, que vayan haciendo currículum y que vayan exponiendo delante de un auditorio su tarea, que vayan siendo evaluados por un comité científico. Y todo esto es lo que se hace en el Minisimposio”.
Durante una semana han estado expuestos 70 pósteres con el trabajo de todos los jóvenes investigadores y pone de manifestó que nuestra facultad está muy viva y comprometida con la investigación.
Además, a lo largo de la jornada se ha celebrado una gran gymkana por diferentes espacios del campus y esta tarde a las 19:15 horas tendrá lugar el acto de clausura donde se entregarán los premios del Minisimposio.