Con estos ya se suman 36 ejemplares en un proyecto a largo plazo y ejecutado a múltiples bandas, a partir de la labor del Centro de Colecciones Científicas de la Universidad de Almería con la cesión de los animales a cargo del GREFA.
Se ha convertido en una tradición para la UAL recibir a los protagonistas de un gran programa de conservación que alcanza su quinto año y cuyos resultados podrán ser cuantificables próximamente. Se trata de pollos de lechuza común (Tyto alba), de entre 30 y 40 días, con los que se hace un ‘hacking’ cuya finalidad es la repoblación de esta especie en la provincia de Almería. Acaba de llegar la última remesa, formada por ocho ejemplares que se suman a los 28 acumulados a lo largo de este lustro de trabajo conjunto del CECOUAL con un amplio número de organizaciones. Por lo tanto, se han liberado por ahora un total de 36, todos criados en cautividad por el GREFA, Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat.
A su llegada al campus almeriense, se ha llevado a cabo un breve acto en el que se ha explicado el proyecto y que, además, ha tenido lugar en el nuevo Pabellón de Historia Natural. Entre la comitiva de recepción ha estado Javier Lozano, vicerrector de Deportes, Sostenibilidad y Universidad Saludable, que ha remarcado que se trata de “continuar la línea mantenida en los últimos años en todos los ámbitos de la sostenibilidad, en este caso ambiental, con una acción muy positiva para la naturaleza de la provincia”. Ha elogiado la labor de todos los integrantes del Centro de Colecciones Científicas y ha significado la colaboración de la Universidad de Almería con tantas organizaciones, como GREFA, Parque Oasys Mini Hollywood, COEXPHAL o SERBAL.
El responsable del proyecto es José Luis Molina, técnico y conservador de las colecciones de zoología del CECOUAL, que ha explicado los motivos principales por los que se comenzó a trabajar, de inicio solo en la UAL y después se ha ido ampliando. Más allá de la repoblación se persigue un objetivo: “Tiene parte de educación ambiental, de concienciación, que la gente conozca este grupo, sepa la importancia que tiene y que se promueva su conservación”.
Ciencia ciudadana, se desarrolla gracias a “la buena predisposición desde el principio del GREFA”. Así, “todo encajó” y desde el año 2018 se desarrolla el programa de hacking. Pasado el tiempo, “esperemos que nuestros pollos ayuden a mermar la situación de la población y que estas jornadas de divulgación pongan en el punto de mira la lechuza y su problemática”, ha añadido de una manera textual.
Desde GREFA, su secretario general, Fernando Garcés, ha explicado que “el proceso surge a partir de ejemplares irrecuperables, animales que han llegado al hospital y que no han podido ser devueltos al medio natural”. Se llevan a unas instalaciones especiales, se emparejan, y a partir de ahí empieza ya el ciclo natural de reproducción: “Sacamos en incubador a los huevos, luego se les da a los padres para que los críen y cuando tienen una edad de entre 45 o 50 días los llevamos a los hacking para su puesta en libertad”.
En este proyecto participa el Parque Oasys Mini Hollywood, cuyo director, José María Rodríguez, también ha hablado de que “la relación es bastante estrecha, y parte de los fondos del nuevo museo proceden de los animales del parque Oasis; cuando mueren, pues pueden pasar a seguir difundiendo los valores de conservación, de preservación y de educación, que es lo que nos impulsan en el zoológico”.
Melody Cortés, veterinaria del propio parque, ha recordado que “en principio lo más importante es no tener ningún tipo de contacto con estos animales, que sea mediante un hacking natural, de tal forma de que ellos no se vinculen al ser humano y que se desenvuelvan de forma completamente natural con el medio que les rodea”. Se les alimenta sin contacto alguno durante los primeros días hasta que ellos solos pueden salir de las cajas y emprender su nueva vida, algo aplaudido desde SERBAL, la Sociedad para el Estudio de la Recuperación de la Biodiversidad Almeriense. Su representante en el acto, Mauricio Santa, la ha definido como “una actividad súper positiva tanto para los animales, como para la universidad; la lechuza en concreto es un animal que poco a poco ha ido visto mermadas sus poblaciones”. A su vez, Jan van der Blom, investigador, doctor en Biología y experto en Entomología, responsable del Departamento de Técnicas de Producción en COEXPHAL, ha vinculado esta acción con la toma de conciencia general que la agricultura almeriense tiene de la importancia de la lucha biológica: “En las empresas de producción en los últimos años ha habido un gran cambio en la actitud hacia el medio ambiente; ahora mismo, casi todos los invernaderos tienen control biológico de plagas y últimamente también se ha trabajado mucho con la biodiversidad, porque los agricultores se han dado cuenta de que mucha ayuda debe venir de la calle contra plagas que difícilmente podemos controlar con productos químicos, se vuelven resistentes con mucha facilidad