El trabajo, realizado por profesores de Centro de Investigación Mediterráneo de Economía y Desarrollo sostenible de la UAL, hace un análisis comparativo de los principales indicadores de turismo internacional desde el año 2000 hasta 2016. Los hallazgos de este estudio podrían ser útiles para aquellos que formulan políticas y aquellas partes involucradas en el sector turístico.
El turismo se considera una actividad económica capaz de estimular el crecimiento económico mundial, por su contribución al PIB, su capacidad para generar empleo y con ello producir subidas en los niveles del desarrollo económico regional. Profesores de CIMEDES (Centro de Investigación Mediterráneo de Economía y Desarrollo Sostenible) han ahondado, con un estudio comparativo de los principales indicadores de turismo internacional a nivel subcontitnental, en la evolución que ha tenido el sector en el periodo 2000-2016. Los hallazgos de este estudio podrían ser útiles para aquellos que formulan políticas y aquellas partes involucradas en el sector turístico. Los autores del mismo destacan que se necesita investigar más en profundidad en ámbitos como el cambio climático, un factor que puede perjudicar gravemente al sector en un futuro.
El estudio es innovador por contemplar un periodo de tiempo que abarca la situación del sector antes de la crisis económica de 2007, durante y después. Así como por recoger una gran cantidad de variables que son representativas tanto de la demanda turística como de su contribución a la economía regional. Además, realiza un análisis empírico para determinar la influencia de distintos indicadores en las dos variables más representativas: llegadas de turistas e ingresos por turismo.
José F. Jiménez Guerrero, Laura Piedra Muñoz, Emilio Galdeano Gómez y Juan C. Pérez Mesa han sido los profesores encargados de publicar un artículo titulado “The Global Economic Crisis and International Tourism: A Sub-Continental Analysis” en la revista Tourism Planning & Development.
A pesar de que el turismo global registró una bajada en 2009, fue uno de los últimos sectores en percibir los efectos de la crisis mundial. Esta fuerte resistencia a la crisis económica deriva de varios aspectos, como el hecho de que este sector es por tendencia creciente gracias a su carácter estructural, o la flexibilidad de la demanda turística para ajustarse a cambios en los niveles de ingresos, ya que muchas personas están dispuestas a destinar parte de sus ingresos en tener vacaciones, a pesar de la crisis. Las vacaciones juegan un rol importante y representan más de un 60% del gasto anual, independientemente de la época del año. Este aspecto está confirmado por Eurostat, que demostró que entre 2008 y 2011 -en medio de la crisis- el número de viajes de vacaciones de los residentes de los 27 países de la UE se mantuvo estable.
Los resultados obtenidos en este estudio permiten identificar aquellas áreas en el mundo cuya fortaleza, con respecto al turismo, ha mitigado los efectos negativos de la crisis económica internacional, como es Asia, así como aquellas que han soportado una situación verdaderamente negativa y prolongada, como es el caso de Europa.
El estudio revela un comportamiento asimétrico entre los destino que depende básicamente de las características del turista estándar de la región. Por lo tanto, el turismo de masas (crucial en Europa) es el más afectado por la disminución general de ingresos durante la crisis. Por otra parte, se espera que el turismo continúe siendo una fuerza impulsora del crecimiento económico, ya que es una economía dinámica y resistente.