Un equipo de investigadores, liderado por la Universidad de Almería, ha publicado un estudio pionero en la prestigiosa revista internacional Science & Education, que se encuentra en el primer cuartil (Q1) en el área de Educación. El trabajo explora un aspecto fundamental y a menudo ignorado en la formación de docentes: cómo influyen las emociones en el aprendizaje de la ciencia entre los futuros maestros.
El estudio, titulado ‘Exploring Undergraduate Students’ Emotions and Learning Self-Perceptions in Connection with Different Types of Instructional Approaches in the Context of Daytime Astronomy’, analizó las emociones y autopercepciones de aprendizaje de estudiantes del Grado en Educación Primaria.
El análisis se centró en una secuencia de enseñanza de 25 horas sobre astronomía diurna, diseñada bajo el enfoque de Model-Based Inquiry (MBI), que es un método que combina la indagación científica y la construcción de modelos.
Los resultados demostraron que las emociones no son solo algo que acompaña el aprendizaje, sino que son indicadores esenciales del compromiso cognitivo de los alumnos. El estudio revela que los patrones emocionales varían significativamente según la tarea.
En las fases de indagación, cuando los estudiantes confrontan sus ideas previas con los datos empíricos, predominan emociones como la inseguridad o la vergüenza.
En las fases de modelización, al dedicarse al pensamiento explicativo y a construir modelos, las emociones destacadas son el interés, la concentración y la satisfacción.
El trabajo plantea una idea innovadora: la inseguridad puede ser una emoción epistemológica productiva. Lejos de ser un obstáculo, esta emoción resulta clave para estimular la reflexión y el aprendizaje profundo, siempre que se trabaje en contextos de confianza.
“Enseñar ciencias implica comprender y acompañar las emociones del alumnado. La curiosidad, la duda o la inseguridad forman parte del proceso de aprender ciencia, no son un obstáculo, sino un motor”, explica la profesora Rut Jiménez-Liso, autora principal del estudio e integrante del equipo Sensociencia de la UAL.
El artículo ofrece una evidencia empírica inédita sobre la relación entre emociones, aprendizaje y prácticas científicas en secuencias de enseñanza largas. Sus hallazgos aportan implicaciones directas para la formación inicial del profesorado de ciencias, reforzando el vínculo entre la investigación didáctica y la práctica educativa.
El estudio es fruto de la colaboración internacional entre Rut Jiménez-Liso y Rafael López-Gay (equipo Sensociencia, Universidad de Almería), Jaume Ametller (Universitat de Girona) y Marta Márquez-Fernández (University of Chester, Reino Unido).






