La Sala de Emprendimiento de la Universidad de Almería ha abierto este lunes sus puertas para dar inicio al Taller de Musicoterapia para la Regulación Emocional. Una iniciativa pionera organizada por la Tuna Femenina Universitaria de Almería con el apoyo del Vicerrectorado de Estudiantes.
Este taller, que continúa este martes así como los días 6 y 7 de octubre, en horario de 16:00 a 20:30 horas, tiene como objetivo principal proporcionar herramientas para el manejo emocional a través de la música.
A cargo de esta formación está Carmen Berbel, una profesional con experiencia como docente, coach y musicoterapeuta, y que, además, forma parte activa de la Tuna Femenina Universitaria de Almería. “La musicoterapia es una disciplina que ha demostrado que, usada por un profesional, puede ayudar a mejorar la calidad de vida a nivel de salud mental y física. También se usa mucho en enfermedades neurológicas como la demencia o el Alzheimer y con personas con necesidades especiales y discapacidad”.

La idea de organizar este taller surge de la propia experiencia de Carmen Berbel y de sus compañeras. Tras varios años como educadora, y al constatar el profundo impacto de la música en la salud mental y el bienestar de las estudiantes, decidió investigar y formarse como musicoterapeuta y psicóloga. Desde su proyecto personal, NeoCrisálida, ha estado divulgando y ofreciendo talleres sobre estos temas.
Ahora, con el respaldo de su hermandad de la tuna, se embarca en este taller para que la comunidad universitaria pueda “aprender de algo tan importante como la salud mental disfrutando de lo que más nos llena: la música y la compañía».
La Tuna Femenina Universitaria de Almería, fundada oficialmente el 25 de abril de 2014, es una hermandad de estudiantes que mantiene viva la tradición del ‘Buen tunar’. Ataviadas con la vestimenta y el escudo de su universidad, recorren el mundo cantando, tocando instrumentos y llevando consigo su alegría y picardía. Esta hermandad, que se define como una familia donde sus miembros aprenden música desde cero, demuestra que la tradición puede ir de la mano de la innovación y el compromiso con el bienestar emocional de sus integrantes y de la comunidad.