Organizado por la Universidad de Almería con el apoyo de su Consejo Social y el patrocinio de Cajamar, el certamen ha contado con cuatro finalistas seleccionados de entre 126 candidatos. El director Friedrich Praetorius ganó la final y también fue elegido por los músicos de la orquesta, como mejor director.
Muy disputada ha sido la final, el pasado martes, del Concurso Internacional de Dirección de Orquesta ‘Universidad de Almería’ que se desarrolló en el Auditorio Maestro Padilla. Cuatro jóvenes directores seleccionados de entre los 126 candidatos que se presentaron a dicho certamen fueron los protagonistas de un prestigioso encuentro del que la belleza el trofeo fue evidente. Un trofeo, el ‘Atril de Bronce Arquitectónico’ que se ha marchado a Alemania por partida doble. Y es que el director Friedrich Praetorius, ganador de la final según decisión del jurado, fue también escogido como mejor director por los músicos de la orquesta.
Este concierto ha posicionado internacionalmente a la provincia y a la Universidad de Almería, algo que ha hecho sentirse “especialmente satisfecha” a María del Mar Ruiz, vicerrectora de Comunicación y Extensión Universitaria: “Con actividades de este tipo hacemos visible a nuestra universidad no solo en el ámbito nacional sino también internacional como institución de educación superior promotora de la cultura”. Ha recordado que este concurso se ha hecho realidad ahora, pero “se diseñó hace dos años en colaboración con el Consejo Social y la financiación de Cajamar”. Su éxito ha sido rotundo, ya que “ha tenido una respuesta muy positiva de inscritos, más de un centenar de candidatos procedentes de 26 países, todos directores de orquesta jóvenes, ya que, entre los requisitos, estaba el de tener menos de 35 años”.
Los finalistas fueron, junto a Friedrich Praetorius, de Alemania, Nathanael Iselin, de Francia, y Mason Lubert y Geoffrey Larson, de EEUU ambos. Fue una decisión harto complicada para el jurado, presidido por María del Mar Ruiz, elegir al ganador, puesto que “todos ellos tenían un nivel muy alto de técnica de dirección de orquesta”, si bien la vicerrectora ha destacado algo de gran relevancia para ella y para la UAL, como es que “el público se fue muy satisfecho con el concurso en sí, con los directores y con el repertorio musical, tanto la parte de arias como la sinfónica de Tchaikovsky”. Y es que sus propuestas culturales, cada vez con un mayor calado, son “una manera de que la Universidad de Almería se proyecte en la sociedad como institución de prestigio para nuestro entorno, y es de agradecer que siempre tengamos una gran acogida en todos los eventos que organizamos”. La gestión cultural se afronta, pues, con respaldo social, “algo que se manifestó en este concierto”, pero supone también “la responsabilidad de dar más pasos adelante, incitando al consumo cultural a nuestros estudiantes, a la comunidad universitaria y a la sociedad en general”.
Sin duda, una de las ‘joyas’ de Cultura UAL, que cuenta con Elisa Álvarez al frente del Secretariado de Gestión y Promoción de la Extensión Universitaria, es su Orquesta, que siempre tiene una gran respuesta de público en sus conciertos y que este martes vivió un momento cumbre de su trayectoria. Es por ello que nada se dejó al azar y se cuidó hasta el más mínimo detalle, desde el proceso previo de inscripción, a los accesos al Maestro Padilla, en condiciones de plena garantía de seguridad, hasta el broche de oro del certamen, la interpretación del Gaudeamus Igitur dirigido por el ganador con el público puesto en pie. Álvarez destaca que “ha sido un reto hilvanar la organización de un evento de esta categoría”, saldado con el rotundo éxito que da “haber creado un ambiente de armonía, empatía y conexión como el que se produjo entre el público y la Orquesta Universidad de Almería, un cariño y un contexto emocional envolvente para todos los participantes que lo hicieron posible, bien sobre el escenario, o bien con su calor desde el patio de butacas o la platea”. La clave de la cultura es “que la gente se emocione”, y este concierto “logró emocionar”.
El meticuloso trabajo de preparación surtió efecto, “hubo una conexión especial y el público se sintió cómodo y muy implicado en el propio certamen, empatizando con los finalistas, y así los mismos asistentes también fueron jurado con sus aplausos”. Precisamente sobre el jurado oficial, cabe recordar que estuvo integrado por tres directores internacionales: Juan José Navarro, Jan Milosz y Roberto Gianola, presidido por la vicerrectora de Comunicación y Extensión Universitaria y con la directora Secretariado de Gestión y Promoción de la Extensión Universitaria dando lectura al fallo. Navarro, director a su vez del Aula de Música de la UAL, ha sido rotundo en su valoración: “Ha estado fenomenal en organización y nivel, los cuatro finalistas son directores de ámbito profesional y yo estoy totalmente satisfecho de la calidad”. Visiblemente cómodo estuvo el tenor Javier Palacios, quien interpretó 5 arias y recitativos de óperas muy conocidas de Tosca, L´elixir d´amore, Don Gioavnni o Macbeth, de Puccini, Donizetti, Mozart o Verdi, respectivamente.
En la segunda parte se interpretó la sinfonía nº 5 del compositor ruso P.I. Tchaikovsky, con Andante – Scherzo: Allegro con anima, Andante cantabile, con alcuna licenza, Valse: Allegro moderato con patrioso, y Andante maestoso – Allegro vivace – Molto meno mosso. María del Mar Ruiz precisó que en esta ocasión sí se podía aplaudir entre los movimientos, puesto que en cada uno de ellos hubo un director diferente, todos en liza por alzarse con ese primer trofeo ‘Atril de Bronce Arquitectónico’, pieza maravillosa a la que Elisa Álvarez ha querido poner en valor: “Un ejemplo del cariño que se puso en todo el proceso organizativo es la creación de un diseño exclusivo como trofeo, una obra escultórica inspirada en un atril de director realizada en bronce arquitectónico, una aleación única desarrollada por un grupo de investigación de la misma Universidad de Almería”. Ha añadido al respecto que, “este es, sin duda, el trofeo que cualquier director de orquesta querrá tener en su haber”. Actuó como maestra de ceremonias la periodista María Gutiérrez y los rostros de satisfacción salpicaron el escenario, entre los músicos de la orquesta, en su retirada.