El concierto ofrecido por la prestigiosa formación de la Universidad de Almería ha sido el eje central de la gala de aniversario de los cinco siglos de la SAI Catedral de la Encarnación
Fue un 4 de octubre, del año 1524, cuando se puso la primera piedra de la Catedral de la Encarnación, una obra que desde su mismo inicio transformó la ciudad por muchas razones. Varias de ellas fueron abordas en las intervenciones que cinco siglos después, el 4 de octubre, pero de 2024, se realizaron desde su claustro catedralicio, aunque, sin duda, el mejor vehículo desde el que sentir ese viaje por la historia fue la música. La Orquesta Universidad de Almería preparó minuciosamente e interpretó con el alto nivel que la caracteriza un programa diseñado a medida precisamente para conducir al numeroso público asistente por un recorrido de 500 años, sabiendo además proyectar aún más las emociones con los ecos de los muros del corazón del templo.
La organización del acto fue de Diario de Almería, junto con el Cabildo Catedralicio. El rector de la UAL, José J. Céspedes, felicitó al cabildo “por tan feliz aniversario”, no solo ciñéndose a que “la Catedral de Almería cumple cinco siglos con un pasado esplendoroso”, sino mostrándose “convencido de que con un futuro, como mínimo, igual de brillante”. Agradeció a Diario de Almería haber contado con la Orquesta de la UAL para la celebración y recordó que “las universidades y las catedrales tienen un nexo de unión histórico”, así como “la responsabilidad” de la institución académica de “defender los valores de la sociedad de la que forma parte, incluyendo los culturales y patrimoniales”.
Céspedes describió como “un orgullo” para la Universidad de Almería ofrecer la interpretación de su orquesta al público asistente, para el que iba a resultar, como así fue, “un auténtico placer”, ensalzando a su director, Juan José Navarro, y a todos los músicos: “Les felicito por su excelente trabajo, que nos colma a toda la comunidad de la UAL de felicidad cada vez que los escuchamos”. Además, puso el foco en que el contexto en esta ocasión fuese la conmemoración de “los cinco siglos que cumple la Catedral”, momento de gran relevancia para la ciudad. En ese sentido, agradeció a María del Mar Ruiz, vicerrectora de Cultura y Sociedad, y a todo su equipo, precisamente “sus esfuerzos por hacer de la UAL un referente cultural de nuestra ciudad y nuestra provincia”, dicho textualmente.
El rector dio unas pequeñas pinceladas sobre el programa que se iba a disfrutar, que el propio Juan José Navarro fue describiendo entre pieza y pieza, encajando el discurso musical propuesto en ese recorrido de cinco siglos de vida de la Catedral de Almería. Así, desde la Suite en Re menor de Haendel hasta el culmen con Si vas pa’la mar, del maestro Del Águila, fue brotando una sucesión de melodías creadas por Bocherini, Mozart, Puccini, Tchaikovsky, Chueca y Giménez, con la colaboración de Almeribrass Ensemble para la obra Canzon septimi e octavi toni, de Gabrielli, con adaptación de F. Javier Sánchez, y de la soprano María Jesús García, que sorprendió a los asistentes apareciendo desde el fondo del espacio, cantando entre ellos mismos, sin acceder al escenario.
La Orquesta de la UAL consiguió una atmósfera especial en un entorno único para un momento de máxima relevancia, como el del quinto centenario de la Catedral de la Encarnación. La alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez, ensalzó al monumento como tal, uno de los mayores reclamos para los visitantes, pero situó por encima el componente de espiritualidad y fe que lo define mejor que ninguna otra cosa. Lo hizo ante las más altas autoridades eclesiásticas, que también intervinieron, con el nuncio benedictino, Bernardito Auza, y el obispo, Antonio Gómez Cantero, haciendo hincapié en la presencia del templo en la vida de los almerienses, pasada, presente y futura, acompañados por el deán de la catedral. También se dirigió a los presentes la presidenta de la Autoridad Portuaria, Rosario Soto, en un prolegómeno al acto conducido por Antonio Lao, director de Diario de Almería, y con la participación como cronista de Antonio Sevillano, una vez finalizada la misa de conmemoración de los 500 años.