La sede levantina de los seminarios estivales dobla protagonismo en esta edición, estará en un tramo final de la misma, en el que se hablará en cinco sedes y en conjunto sobre historia, ciencia, patrimonio y edición de libros, y pone sobre la mesa las amplias posibilidades que ofrece el legado que la minería dejó para convertirse en recurso del desarrollo local.
Dos excursiones, la puesta en valor de lo material y lo inmaterial, más una comparativa que deja claras las diferencias entre norte y sur de la España minera, han sido los ejes sobre los que ha pivotado el tramo final del Curso de Verano ‘Patrimonio minero. Memoria y recurso para el desarrollo local’. Ha estado dirigido por Andrés Sánchez Picón y su sede ha sido Cuevas del Almanzora, enclave histórico de la minería, con gran esplendor principalmente durante el siglo XIX. Esta localidad, en todo caso, no se despide del programa de formación estival de la Universidad de Almería, puesto que desde el martes volverá a ser sede con ‘Yuder Pachá y la presencia hispana en la curva del Níger’. Quedarán por delante esa semana próxima seis seminarios, y la siguiente, la última de julio, llegará el colofón con el Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco, de cuya parte académica es responsable la UAL.
En la misma línea de éxito y satisfacción que están logrando los cursos hasta el momento desarrollados, el dedicado al patrimonio minero ha llegado a término con una revisión del legado inmaterial, principalmente los cantes y trovos, con una ponencia a cargo de Antonio Sevillano y Pedro Perales, ambos miembros del Instituto de Estudios Almerienses, y la intervención de Antonio García ‘El Niño de las Cuevas’. Antes se ha profundizado en lo material desde muchos puntos de vista, siendo Guillermo Laine, ingeniero de minas y consultor de INCUNA, la Asociación de Defensa del Patrimonio Industrial, quien ha establecido un mapa nacional muy completo, una visión global que ha señalado las particularidades de esta zona respecto a otras, en su charla ‘El patrimonio minero como recurso’. De hecho, ha compartido su experiencia, con enfoque didáctico, “de hacer obras en las instalaciones mineras para destinarlas a otros usos, dibujando la secuencia de construcción de esas ‘ruinas’ para darle otros servicios para la sociedad”.
Por lo tanto, su labor durante mucho tiempo ha sido precisamente la misma que ha motivado la realización de este curso: “Yo tuve la suerte de trabajar mis últimos 20 años en una empresa con la que visité toda la España que tenía una problemática relacionada con esto, yendo desde Asturias, donde la minería fue cerrando paulatinamente y nos vimos en la necesidad de dar un segundo uso a las instalaciones”. Ha detallado que su desarrollo laboral le ha permitido “tener una visión global, incluida la minería en esta zona de Andalucía y concretamente en Cuevas del Almanzora”. Ha explicado que “aunque la secuencia siempre va a ser la misma, cada una tiene unos matices diferentes; era distinta la minería del carbón a la minería metálica, como la de esta zona, diferentes los aspectos sociales en un sitio y en otro, los movimientos obreros que surgen en el norte de España y en el sur, y todo redunda en la riqueza que tiene esta ‘piel de toro’, que es impresionante”.
Ha situado una fecha, 1829, y una texto legal, la Ley de Minas, como el motivo: “Fomentaba el ‘minufundio minero’, pequeñas concesiones mineras para su explotación; en el norte se ve roto por el tipo de yacimiento y rápidamente se da a grandes empresas, mientras que en el sur esas grandes empresas tardan en llegar y se inicia una explotación de pequeños mineros, que son los que trabajan, aparecen figuras como los partidarios, que son los que intentan sacar el dinero hacia el empresario, y se produce una forma de trabajo muy tercermundista, por decirlo de alguna manera”. El pensamiento en el levanta era “yo soy dueño de un terreno, con mis hijos voy a trabajar la mina y busco sacarle la mayor riqueza posible, si contrato a una tercera persona le voy a hacer trabajar para ganar ese dinero”, lo que “motiva que no exista una asociación minera que aglutine los esfuerzos del minero en una dirección”.
El desenlace es que “el movimiento obrero es distinto, los aspectos sociales también, la forma de vivir… unas diferencias tremendas que no cambian hasta que años después aparecen las grandes empresas”. Particularizando en Cuevas del Almanzora, “aquí fue el Socavón Santa Bárbara, la Sociedad Almagrera, y ya, apoyada por el INI, surgen escuelas, sanidad…”. Ha insistido en la idea de que “siempre va a haber un nexo común, una temática muy parecida, pero teniendo en cuenta los matices de cada región”, siendo ahora la clave “dar vida después de la vida: las minas han tenido una vida, han dado lugar a una utilidad, siguen dando lugar a una actividad hoy en día, ya que es indispensable la minería para hablar de móviles, de coches, de baterías… el componente principal siempre va a venir de una mina, sigue existiendo, y en ese caminar la mina va a generar una serie de ruinas, una serie de edificios que la sociedad, en ese momento, se cuestiona y se pregunta si pueden tener una segunda utilidad”.
Andrés Sánchez Picón, director del curso, ha realizado un balance muy positivo: “Ha culminado con éxito y con una variedad de actividades muy significativa, ha contado con la participación de ponentes de amplia procedencia disciplinar, como consultores y planificadores territoriales, historiadores, historiadores económicos, ingenieros de minas…, especialistas de distinta procedencia académica que han planteado las posibilidades que ofrece el patrimonio minero, sus características peculiares, las posibilidades para convertirse en un recursos para el desarrollo local”. Además, “las ponencias y mesas redondas han tenido una gran acogida, con participación intensa en los debates por parte de los estudiantes matriculados en el curso”. Igualmente ha destacado las dos salidas, como la excursión a la mina de Los Tres Pacos o la visita al patrimonio arquitectónico de Cuevas, que “en gran medida es legado del esplendor minero del siglo XIX”, y que se haya puesto el foco también a lo inmaterial, “no solo los restos físicos de los edificios e instalaciones industriales, sino los vestigios en la literatura o el folclore”.
Próxima semana
Además de Cuevas del Almanzora con ‘Yuder Pachá y la presencia hispana en la curva del Níger’, dirigido por Antonio Llaguno y Mónica Fernández, los Cursos de Verano estarán presentes la próxima semana en otras cuatro localidades, caracterizándose por la descentralización, por lo tanto, y por la variedad temática. El lunes será el día de descanso para reiniciar la actividad el martes tanto en Cuevas, con el ya referido, como en Níjar, concretamente Rodalquilar, donde repetirán Rafael Doctor y Miguel Gallego como directores y la edición de libros como tema, con ‘La edición independiente hoy: cartografías para el país de ‘los demasiados libros’’. Ambos van a ocupar hasta el jueves. El miércoles día 20, y llegando hasta el viernes, el programa estival concentra cuatro propuestas, tres en Almería, si bien una de ellas también visitará Gérgal, y la segunda de esta edición en Vélez Rubio.
En Almería, Pilar Rodríguez, profesora de Sociología de la UAL, dirigirá ‘El análisis social del ciberespacio’. En cuanto a los catedráticos de la Universidad de Almería Antonio José Fernández y Antonio Romerosa, de Física Aplicada y Química Inorgánica, dirigirán el curso ‘Técnicas de neutrones, electrones y rayos X’. Antonio Manuel Puertas, profesor de Física de la UAL, y Jorge Iglesias, que es científico del Instituto de Astrofísica de Andalucía, serán responsables de la segunda edición de ‘Tú también eres astrónom@’, que irá desde el campus hasta la Cúpula Almanzor de Calar Alto, en Gérgal. Por último, y de nuevo en la provincia, el segundo de Vélez Rubio en este programa, estará dirigido por el catedrático de la UAL Francisco Checa, de Antropología Social, y lleva por título ‘El Patrimonio como vector de cambio: la vivienda tradicional y la cultura del esparto’. Da continuidad al dedicado el año pasado a la piedra seca.