Este miércoles, 14 de julio, ha arrancado el Curso de Verano ‘Bioeconomía circular como motor de generación de empleo y nuevos modelos de negocio’. Por su parte, ha llegado a su fin el curso de ‘Finanzas sostenibles’ con la participación de Jaime Silos Leal, director de Desarrollo Corporativo de Forética.
El Auditorio de la Universidad de Almería será desde este miércoles y hasta el próximo viernes el escenario por el que pasen expertos de toda España para hablar de ‘La Bioeconomía Circular como motor de generación de empleo y nuevos modelos de negocio’ en el marco de los Cursos de Verano.
En su inauguración, el rector Carmelo Rodríguez ha destacado la importancia de esta temática en la oferta formativa estival de la UAL. «Hoy comienza uno de los cursos más relevantes de la edición de este año 2021, ya que a lo largo de los tres días de este curso se abordarán contenidos en los que nuestra provincia y la Universidad de Almería son un referente internacional, como son la aplicación de nuevos modelos de negocio basados en la innovación y la sostenibilidad económica, medioambiental y social».
También ha agradecido a los directores del curso, Francisco Egea, investigador y profesor titular de Química Analítica de la Universidad de Almería y director de la Cátedra UAL-Cajamar de Bioeconomía Circular; y a Alfredo Aguilar Romanillos, ex-director de la Unidad de Biotecnología de la DG Research de la Comisión Europea y uno de los «padres de la bioeconomía en nuestro país», el trabajo realizado «para diseñar un curso con contenidos tan punteros, de altísima calidad y con la participación de ponentes de gran relevancia. Ello va a permitir que se analicen los contenidos desde el enfoque multidisciplinar necesario para comprender la magnitud de este cambio».
El rector ha destacado que el ‘modelo Almería’ se ha posicionado en el mapa de la bioeconomía mundial y que corresponde a la provincia seguir marcando el paso para consolidar modelos productivos completamente sostenibles e integradores, «basándose en la colaboración entre la UAL y el tejido productivo almeriense con la que se transfiere conocimiento para dar respuesta a las necesidades de las empresas y a los retos y desafíos del futuro».
Por último, ha señalado que el curso «cuenta con todos los ingredientes para captar la atención de empresarios, inversores, investigadores, legisladores, líderes políticos y, en general, de todas las partes interesadas, porque estoy convencido de que lo que se va a abordar en estos días puede marcar la hoja de ruta para continuar avanzando en este camino en el futuro más inmediato». De hecho, ha recordado el rector, para dar continuidad a esta formación, en el seno de este curso, se presentará el nuevo máster universitario en ‘Bioeconomía Circular y Sostenibilidad’, que comienza en la Universidad de Almería en el curso 21/22 y del cual ya está la prescripción abierta. «Se trata de un proyecto formativo transversal e interuniversitario con la Universidad de Córdoba, que viene a completar nuestro catálogo formativo en esta materia».
El secretario general de Fondos Europeos al Desarrollo Rural Sostenible, Manuel Alías, ha participado en este curso explicando la filosofía y las líneas generales de la Ley de Economía Circular, que está a punto de ser remitida al Parlamento de Andalucía. «Es una ley que va en la senda de lo que se espera a futuro, como todos los desarrollos de la Agenda 2030, porque tenemos que cambiar el ‘consumir y tirar’ por ‘consumir y valorizar’ lo que hasta ahora tirábamos. La bioeconomía circular es un futuro generador de empleo y de todo tipo de proyectos empresariales».
El director del curso, Francisco Egea, ha indicado que «Almería ha sido descrita en diversos foros internacionales como un escenario ideal para el aterrizaje de la bioeconomía circular. Somos una provincia que en muy poco espacio produce una gran cantidad de materia prima de origen biológico, que potencialmente puede ser la base de estos nuevos modelos de negocio de los que va a tratar el curso».
Por su parte, el co director del curso y ponente de esta jornada, Alfredo Aguilar, ha asegurado que no se puede seguir con el sistema de crecimiento económico de hace 20-30 años. «Hay que cambiarlo, tener en cuenta los factores nuevos que la sociedad está demandando como la sostenibilidad, el cambio climático, el crecimiento de la población, la seguridad alimentaria. Elementos que se deben tener en cuenta porque entre los años 70-80 en los que empezó el milagro económico de Almería la población del mundo prácticamente se ha duplicado y no podemos seguir con esa misma estructura». El objetivo de su ponencia ha sido «provocar a los alumnos para que reflexionen y actúen y desarrollen un sistema distinto que garantice la sostenibilidad, no solo de la provincia, sino que contribuya a la sostenibilidad del planeta, que es fundamental».
En este sentido ha incidido en que «el mundo entero se está dando cuenta que cómo estamos viviendo no es sostenible. Las coordenadas son nuevas y hay que pensar de una forma completamente diferente. Actuamos como si los recursos fueran infinitos. Afortunadamente la gente joven ya es consciente de que son finitos, que tenemos que consumir de una forma mucho más razonable, reducir nuestro consumo de derroche, en cuanto a consumo innecesario, y de desperdicio de alimentos». Aguilar ha explicado que el 30 por ciento de los alimentos que se producen en el mundo se tiran sin haber sido consumidos. «Esto supone un gran gasto energético y es escandaloso cuando hay cerca de 900 millones de personas que tienen malnutrición, que tienen hambruna pero, lo que es peor y más chocante, es que hay más de 1.000 millones de personas que están enfermas por sobrealimentación. El mundo está completamente loco».
Por su parte, Roberto García Torrente, ha participado en esta primera jornada con la ponencia ‘Digitalización, eficiencia valor y sostenibilidad. Plataforma Tierra’. En la que ha hablado del trabajo que están realizando en la aplicación de la tecnología en los procesos biológicos «para ser más eficientes y no solo producir alimentos sino también producir otros bienes que vamos a necesitar como sociedad. Con la idea que cada vez somos más población en el planeta, necesitamos ser más eficientes en la producción de recursos, luchar contra los desafíos medioambientales, como el cambio climático y la forma de hacerlo es potenciando todos los procesos biológicos. Entonces, a través de la biología podemos construir alimentos y otros bienes para la sociedad». Para ello utilizan la digitalización con el fin de ser más eficientes, unas herramientas que se transferirán a los agricultores y las empresas «para que puedan incrementar estas nuevas tecnologías de la forma más rápida».
Curso ‘Las finanzas ante el reto de la sostenibilidad: las finanzas sostenibles’
El último día del curso sobre finanzas sostenibles ha tenido entre sus protagonistas a Jaime Silos Leal, director de Desarrollo Corporativo de Forética con la ponencia ‘El investment case de la sostenibilidad’.
Durante la misma, ha analizado los principales catalizadores de la inversión sostenible desde la perspectiva inversora. Argumentando que, a nivel fundamental, el interés de la comunidad inversora se basa en dos motivaciones. «Una de carácter altruista, como es la necesidad de crear carteras de inversión compatibles con los valores de los ahorradores (excluir actividades, sectores o compañías dañinas para la sociedad)». La otra, ha explicado, es de carácter egoísta, y tiene que ver con generar rentabilidades superiores al mercado, lo que se conoce como generación de alfa. «En este sentido, los inversores esperan beneficiarse de mejores oportunidades de crecimiento y desarrollo de negocio vinculados a la transformación de la economía hacia un modelo más inclusivo y de bajo carbono, al tiempo que experimentan un menor riesgo de la inversión».
Inversiones sostenibles cada vez más presentes. «Durante los últimos 14 años, los activos sostenibles han batido a los índices tradicionales de manera sistemática tanto en términos de mayor rentabilidad, como de menor riesgo», ha explicado el ponente. Además, «los inversores han construido una prima de riesgo a la sostenibilidad. A igualdad de rentabilidad, están dispuestos a pagar un 11 por ciento más por una compañía sostenible, que por una que no lo es».