La Universidad de Almería da la palabra a las Aulas Temporales de Adaptación Lingüística en la última jornada de un curso de verano que acaba con el relato inédito de casos de éxito en la inclusión inmigrante.
Dejando un orgulloso testimonio del día a día de los centros educativos almerienses, en los que “hay población llegada desde prácticamente todo el mundo”, el curso llamado ‘Adquisición del español como segunda lengua: desafíos interculturales para docentes’ ha tocado a su fin. La vicerrectora de Extensión Universitaria y Deportes, María del Mar Ruíz ha clausurado uno de los seminarios que más aceptación ha tenido por parte del alumnado de estos cursos de verano de la UAL, pero antes Adolfina Montes, coordinadora del Área de Educación Intercultural en el Equipo Técnico Provincial de Orientación Educativa y Profesional de Almería; y Ana Jiménez, primera profesora ATAL, han querido dar los detalles de su labor con los niños inmigrantes que desconocen el idioma español, aproximadamente unos 3.000 en la provincia.
Así lo ha comentado Adolfina Montes, que tras hablar con Francisco José Rodríguez, director del curso junto a Margarita Asensio, ha asegurado que: “Hemos dado mucha formación, y este año estamos participando en un programa de seguimiento en etapa post-obligatoria del alumnado extranjero, que no se había abordado antes, y podemos contar casos de éxito personal de personas que han pasado por ATAL y que han titulado en 4º de la ESO, que están estudiando en la universidad o que son profesionales”.
ATAL es un programa propio de la Consejería de Educación que significa Aulas Temporales de Adaptación Lingüística: “Este año cumplimos el 20 aniversario de su creación y en principio es profesorado especializado que se encuentra en centros educativos tanto de Primaria como de Secundaria y que se encargan de la atención especializada del alumnado inmigrante”. Ha tenido un gran evolución en ese tiempo y en la actualidad se tratan el idioma, la acogida y otro tercer pilar como es el mantenimiento de la cultura de origen, “como tres subprogramas dentro”, todo con la finalidad del “aprendizaje del español de forma inclusiva”. Se coordina con los Centros de Adultos, que tienen un programa propio de interculturalidad, y con el Programa de Orientación y Refuerzo en Andalucía –PROA-, que tiene enseñanza de español en horario extraescolar.
Montes ha elogiado la pasión que le pone a su trabajo día a día Ana Jiménez, a la que ha definido “bandera de la educación en Andalucía”. Esta profesora ha rememorado unos comienzos complicados, con pocos profesores ante los 72 de la actualidad, si bien se ha llegado a contar con 85: “Se ha evolucionado mucho para dar este servicio a los centros pero a veces hacer inclusión no se puede porque faltarían más medios”. Ha explicado que “de manera itinerante, se intenta la integración del alumnado, se toca su estado emocional, que es lo primero que se trata en los institutos para que ese alumno pueda aprender el idioma, luego que aprenda español, y seguidamente, y a lo largo de todo el proceso, la integración”.
La palabra “sensibilidad” ha ido unida de “herramientas”, que son de las que se busca dotar a los estudiantes para que puedan vivir de manera normalizada en la sociedad: “Tratamos todos los temas de nuestros alumnos, tratamos de solucionarles todo, incluso temas familiares”. Solo con ese grado de compromiso llega la satisfacción de Jiménez: “Es un reto importante el de la titulación, porque estos alumnos están en situación desfavorecida socialmente y que la obtengan es fundamental, por lo que la he puesto como uno de mis grandes retos, que titule el cien por cien y lo estamos consiguiendo, lo que para mí es un logro grandísimo al no dejarlos al margen de la sociedad; creo que estamos haciendo una gran labor, aunque nunca estoy feliz, quiero más, pero sí se ha avanzado muchísimo desde que entrábamos en esto y el profesorado no se esperaba una especie de ONG dentro de los institutos; pronto entendimos lo que era nuestra labor, y a raíz de ahí, hemos intentando hacernos más personas”.