Regresa al Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Almería el curso de verano de la UAL, ya consolidado, en el que se aborda el desarrollo de nuevas variedades de todas las especies que se cultivan en la horticultura intensiva.
Ha dado comienzo el curso de verano de la UAL ‘Mejora Genética de hortícolas en el sistema productivo almeriense’ con su sede principal, de nuevo, el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Almería. Un seminario que está dirigido por Francisco Portero, su secretario, compartiendo la dirección del curso con Juan Capel, profesor de Genética en la UAL. Además, el programa contempla sendas visitas al centro del IFAPA en La Mojonera y a la Estación de I+D de Rijk Zwaan Ibérica en El Ejido. Durará hasta el miércoles con expertos de primer nivel ofreciendo diferentes perspectivas sobre la temática, “un recorrido por las aproximaciones científicas que hacen posible la obtención de variedades que hemos cultivado, que cultivamos y que cultivaremos en un futuro cercano”.
José María Jiménez, científico titular en el CBGP, en su ponencia ha explicado el desarrollo del trabajo en laboratorio del grupo de investigación que lidera, “que es intentar encontrar los genes que han sido importantes para la evolución de las plantas, y esto dentro de dos marcos: por un lado, la evolución de las plantas silvestres, de cómo las plantas se han adaptado a distintos ambientes y qué estrategias han utilizado, con el fin de ver si podemos copiar esas estrategias y usarlas posteriormente para los cultivos, y por otro lado, la otra rama grande del laboratorio, la domesticación de las plantas, donde intentamos comprender qué es lo que ha hecho el hombre durante siglos de evolución para tener las plantas que tenemos hoy en día, igualmente con la finalidad práctica de poder reproducirlo y cambiar las cosas que no nos gusten de las plantas de ahora”.
Dentro de todo ese proceso de investigación “hay temas que son candentes, en los que hay mucho interés, y por supuesto intentamos tirar por ellos, pero nosotros hacemos más bien investigación básica, y entonces buscamos más bien dónde está la variabilidad para intentar comprenderla”, ha explicado textualmente. Por lo tanto, “es un estadio muy básico de lo que luego se podrá hacer en un futuro, pero claro, todo con vistas a que sea utilizable en un mañana en el que desde ya las palabras claves aquí son sostenibilidad, resistencias al cambio climático y seguridad alimentaria”.
En cuanto al inicio de la tarde, el turno ha sido para Lucía de la Rosa, investigadora del Centro de Recursos Fitogenéticos del INIA, que ha ofrecido la conferencia titulada ‘Material Vegetal. Bancos de Germoplasma. Protocolo de Nagoya’. Ha situado el contexto de que “los recursos fitogenéticos para la agricultura y la alimentación contienen la diversidad en la que hay que buscar caracteres de interés para los cultivos agrícolas”. Entre estos recursos, “incluimos principalmente variedades locales, que se han dejado de cultivar porque han sido desplazadas por variedades procedentes de la mejora genética vegetal, especies vegetales que son parientes silvestres de los cultivos que a lo largo de generaciones se han adaptado a las condiciones ambientales y a los manejos culturales de las zonas donde se han desarrollado y cultivado, y han ‘coevolucionado’ con esos ambientes, incluyendo los elementos que causan estreses bióticos y abióticos”.
En su intervención ha centrado “el interés de los recursos fitogenéticos como elementos proveedores de diversidad para la obtención de nuevas variedades”, revisando todas las iniciativas internacionales que están centradas en el tema, pasando por la FAO, el CGIAR -Grupo consultivo internacional de investigación agraria-, el Global Crop Divesity Trust y el ECPGR. programa cooperativo europeo de recursos genéticos, además de las iniciativas nacionales, incluyendo las herramientas legislativas desde 1981.
Sobre el Centro de Recursos Fitogenéticos del INIA-CSIC, ha explicado que “tiene entre sus misiones conservar la colección de seguridad de las colecciones de semillas conservadas en todos los bancos de la red, y la gestión y mantenimiento del Inventario Nacional, que es una base de datos con las información de datos taxonómicos, lugar de conservación, sitio de recolección y algunos datos más de todos los materiales de la red, tanto los que se conservan por semillas como los que se mantienen en el campo porque se reproducen vegetativamente, como son frutales, olivo, vid, patatas o ajos”. En España “está regulada por ley la existencia de la Red de Bancos del Programa Nacional de Recursos Fitogenéticos para la Agricultura y la Alimentación”. La ha presentado en el curso y ha enumerado las principales instituciones que la integran, “con especial interés en los bancos del CITA en Zaragoza y el COMAV en Valencia, porque son los responsables de la distribución de semillas de cultivos hortícolas”.
Ha subrayado que “la utilización responsable de los recursos fitogenéticos y la distribución justa y equitativa de los beneficios de su uso se regula a nivel internacional por el Protocolo de Nagoya y por el Tratado Internacional de RFGAA”. En España, además, “y para los elementos que quedan fuera de estas herramientas, hay una regulación por el Real Decreto 429/2020 de 3 de marzo derivado de la Ley 30/2016 de Semillas, plantas de vivero y recursos fitogenéticos”. En resumen, respecto al propio curso de verano, “aborda temas de gran interés para todos los alumnos que quieran dirigir su actividad profesional hacía el sector productivo de hortícolas almeriense”.
Ha finalizado recordando que esto “permitirá la selección y mejora de caracteres de gran interés en los tiempos de cambio climático y de nuevas demandas del mercado”. Además, “estas ponencias van a ser impartidas por un plantel de expertos en cada uno de los temas, con trayectorias profesionales de primer nivel”, y “también es de gran interés que se incluya una ponencia sobre los sistemas legales de protección de variedades”. Además de las clase teóricas, la ha parecido “muy adecuado que en el curso se hayan incluido tanto visitas a una institución de investigación pública, un banco de germoplasma que completa mi ponencia, como visita a empresas privadas de producción de semillas, donde se puede ver la aplicación de los conceptos impartidos en el curso”. No se ha olvidado de “la interacción a lo largo de estos días entre los alumnos y entre alumnos y ponentes, que permitirá que todos mejoremos nuestros conocimientos y los desarrollos futuros en el tema, de vital importancia para el sector agrícola nacional”, textualmente dicho.