Este 10 de octubre se celebran lo días dedicados a estas patologías.
La Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Almería ha organizado para este miércoles dos actos por la conmemoración este 10 de octubre del Día Nacional de la Hipertensión y el Día Mundial de la Salud Mental.
El primer acto, dedicado a la hipertensión, se ha celebrado esta mañana en el Salón de Grados del Edificio de Gobierno donde se ha hablado de qué podemos hacer para disminuir la mortalidad asociada a esta patología. La charla ha contado con la colaboración de las asociaciones ALCER, SAHTA y ARPA. “Es una actividad para hablar y destacar la situación de la hipertensión en España de cara a la prevención. Es una oportunidad para nuestros estudiantes de formarse para la salud, siendo esta una formación complementaria a la académica al venir profesionales del exterior para complementar los conocimientos que adquieren en las aulas”, ha explicado Gabriel Aguilera, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud.
Marta Moreno, presidenta de ALCER ha señalado la relación que existe entre la enfermedad renal y esta patología. “La hipertensión suele ser el origen de muchas patologías, en algunos casos los pacientes renales tenemos esta insuficiencia a causa de la hipertensión arterial y en otros casos a consecuencia de la enfermedad renal muchos pacientes tenemos hipertensión, por eso es tan importante su tratamiento y prevención a través de charlas informativas como la de hoy”.
Las encargadas de esta charla han sido Adoración Martín, nefróloga del Hospital de Poniente e Inmaculada Caro, enfermera de nefrología en el mismo complejo hospitalario. “La hipertensión es el primer factor de riesgo de mortalidad mundial. Afecta con muerte y con morbilidad. Un 40 por ciento de la población tiene hipertensión y hasta un 60 por ciento de las personas mayores de 60 años”, ha indicado Adoración Martín. Esta patología está asociada a otras enfermedades. “Es la principal causa de infarto cardiaco, de insuficiencia renal, de ictus, de demencia vascular, de disfunción eréctil, de retinopatía…Es una enfermedad multisistémica porque afecta a todas las arterias de nuestro cuerpo”. De ahí la necesidad de prevenir, diagnosticar y controlarla.
El clásico 14-9 que indicaba una presión arterial normal ha ido bajando a lo largo de los años a través de diferentes estudios situándose en la actualidad en 13-8, por lo que una cifra superior a esta es ya considerada en algunas poblaciones como hipertensión y en otras como pre hipertensión para empezar tratamientos, que no siempre son farmacológicos. “Se debe de llevar una vida saludable, hacer ejercicio, comer correctamente, evitar el sedentarismo y, sobre todo, evitar la sal”, explica la enfermera Inmaculada Caro. Eliminar la sal de nuestra dieta es algo que sigue costando, pero hay alternativas. “Tenemos el limón, el vinagre y muchas especias que son fundamentales para evitar la hipertensión. Si educamos a nuestros hijos a que no tomen sal, si acostumbramos el paladar, no habrá ningún problema”.
Esta tarde, a partir de las 16:30 horas en el mismo escenario, la Facultad y la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Complejo Hospitalario Torrecárdenas han organizado la mesa redonda ‘Salud mental: recuperación y estigma’ con la que pretende concienciar y movilizar a la población acerca de los estigmas que sufren quienes padecen enfermedades mentales. Los ponentes serán Manuel López de Lemus, responsable del Proceso Trastorno Mental Grave junto a usuarios de Salud Mental. La mesa estará moderada por Miguel Sánchez, profesor asociado de Salud Mental.
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, el sufrimiento, la discapacidad y las pérdidas económicas no desaparecerán mientras los enfermos sigan marcados por el estigma. En todo el mundo, muchas personas con trastornos mentales son víctimas de discriminación por el simple motivo de padecer esos trastornos. Con frecuencia tienen dificultades para conseguir vivienda, empleo u otros servicios que forman parte de la vida normal en la sociedad, lo que a veces provoca la agudización de sus síntomas. De ahí que a menudo vacilen en recurrir a especialistas para tratar sus problemas y opten, en cambio, por sufrir solos y en silencio.
La información equívoca sobre los trastornos mentales, por ejemplo la idea de que esos enfermos suelen ser violentos o víctimas de algún tipo de maleficio, o de que esas dolencias son incurables, no hacen más que perpetuar el estigma y la discriminación. La falta de acceso a terapias eficaces y el internamiento de esas personas en centros psiquiátricos aislados, dan pábulo a ese tipo de prejuicios. En los Principios de las Naciones Unidas para la Protección de los Enfermos Mentales y para el Mejoramiento de la Atención de la Salud Mental se establece que no habrá discriminación por motivo de enfermedad mental, que todo paciente tendrá derecho a ser tratado y atendido en la comunidad en la que vive y a recibir el tratamiento menos restrictivo posible. La aplicación de esos principios, sin embargo, dista mucho de ser perfecta en buena parte del mundo, por lo que la celebración de este Día Mundial de la Salud Mental se hace a día de hoy indispensable para romper con prejuicios y estigmas.