El Vicerrectorado de Estudiantes, Igualdad e Inclusión lleva a cabo una visita guiada por el campus a una decena de personas de este colectivo, presentándoles la Universidad de Almería como opción de mejor futuro.
Un grupo de diez personas que son atendidas en el centro de la asociación CEPAIM en El Ejido, “dos de ellas con el Estatuto del Refugiado y las restantes en los trámites de la petición de asilo”, ha especificado Bernardo Claros, director del Secretariado de Atención y Orientación al Estudiante del Vicerrectorado de Estudiantes, Igualdad e Inclusión, han disfrutado de un acercamiento a la Universidad de Almería para que la vean como una oportunidad de cara a su futuro. En ese sentido, todas ellas reúnen los requisitos para poder matricularse y completar su formación, “tienen ya culminados sus estudios universitarios o los dejaron a medias cuando salieron de sus hogares”, ha desvelado Claros, reconociendo que “resulta complicado su acceso, porque sus situaciones vitales les marcan otros rumbos”. Se ha referido con ello a que “primero necesitan lo más básico, que es mantenerse, poder comer y vivir en España de forma autónoma, sin ayudas”. Pese a ello, en este primer acercamiento “dos han pedido la homologación de título en un caso y la convalidación de estudios parciales en otro”.
En ese sentido, la primera parte de la actividad ha resultado efectiva, puesto que se ha dedicado a exponerles esas y todas las demás opciones que tienen en relación a la UAL, “que desconocían y que de entrada ya han comenzado a usar”. Una vez realizada la charla, transmitiéndoles que “se trabajará cada caso individual a todos los niveles, el administrativo y el social, con posibilidad de diseñar ayudas específicas y la exposición del catálogo de becas a las que se pueden acoger”, se les ha guiado por el campus para conocer in situ unas instalaciones que podrían ser las suyas si al final se deciden a hacerse estudiantes de la Universidad de Almería, reforzando así la “sensación de cercanía”. De hecho, en uno de los puntos de su visita, la Biblioteca Nicolás Salmerón, les ha recibido el director de la misma, Arsenio Gutiérrez, en medio de un trasiego incluso mayor al ya de por si siempre alto, puesto que se está en periodo de exámenes y “el tránsito diario es de unas cinco mil personas en unas instalaciones bibliotecarias modernas y punteras”.
Las procedencias de estas diez personas son diversas, ha añadido Bernardo Claros, “como puede ser el Sáhara, Marruecos, Camerún, Senegal, Mali, Venezuela, Colombia…”, invitadas al campus por el hecho de que “cree la UAL que un elemento básico del compromiso social es que la sociedad real, la que está en la calle, esté también representada en sus mismos porcentajes en sus aulas, y tenemos una cierta carencia de esta gente que ha llegado a la provincia por mil razones distintas, en muchos casos, perseguidos en su país de origen, como sucede con un chico que hasta ha sido condenado a lapidación por su condición de homosexual”. Para Claros, “es un colectivo al que debemos una atención especial”, especificando que esta visita es, por lo tanto, “un primer paso” con el que se ha pretendido “que sepan que la Universidad de Almería está para abrirles todo un horizonte más, una alternativa más a su situación personal, que sean conscientes de que está aquí como una posible opción de futuro”.
Con esta actividad, organizada desde el Vicerrectorado de Estudiantes, Igualdad e Inclusión, se ha pretendido solucionar el desconocimiento de este colectivo hacia la oferta de la UAL. Esta institución académica se les ha presentado como un todo, cuya organización no se ha establecido en compartimentos estancos, y buena muestra de ello el origen del contacto con CEPAIM desde el Programa de Voluntariado, así como la explicación de becas específicas del Vicerrectorado de Internacionalización, diez de matrícula, dos de residencia y manutención y cinco de aprendizaje del idioma, o la visita a un buen número de dependencias que explican la vida universitaria, tales como UAL Deportes, ARATIES y la citada Biblioteca. Arsenio Gutiérrez ha desvelado que “ha sido un descubrimiento para ellos”. No en vano, han podido ver “16.000 metros cuadrados con 1.980 puestos de lectura repartidos en 9 salas, máquina de auto-préstamo de 135 portátiles, fondo de 237 mil libros impresos y de 300 mil electrónicos, 28 mil suscripciones a revistas científicas, salas de trabajo en grupo, sala de formación y seminario de docencia”.