Desarrollada la tercera edición de la prueba, consistente en resolución de problemas matemáticos, que ha contado con la participación de 400 alumnos de 4º de ESO y 1º y 2º de Bachillerato de 30 centros distintos.
Nervios en el Aulario III de la Universidad de Almería, pero no muchos, durante los primeros momentos de la mañana. Ha sido el primer acercamiento al campus para todos los estudiantes participantes en el ‘III Concurso INDALMAT de Resolución de Problemas de Matemáticas’, que han demostrado templanza y confianza en sus conocimientos al enfrentarse a las cuestiones contenidas en el cuadernillo de examen. La vicerrectora de Estudiantes, Maribel Ramírez, los ha despedido ya al mediodía, después de que los estudiantes hayan disfrutado con la divertida conferencia ‘Matemagia’, a cargo de Fernando Blasco, profesor titular de Matemática Aplicada de la Universidad Politécnica de Madrid.
Ramírez les ha confesado que “sin matemáticas, la vida no sería nada”, en referencia a que “ellas rigen la vida cotidiana”. La vicerrectora ha invitado a los participantes a ser personas críticas con el entorno utilizando esa herramienta: “Las matemáticas nos sirven no solo para entender nuestro mundo, sino también para vivir en él poniendo en cuestión continuamente las verdades dadas, cuestionando lo evidente y poniendo en tela de juicio aquello que nos dicta el sentido común. Nos hacen más inmunes a las falacias, más críticos con la realidad que nos rodea; os harán más libres y mejores”.
Antes de ello, recibidos por la mañana y ubicados por parte del decano de la Facultad de Ciencias Experimentales de la UAL, Enrique de Amo, han cumplido con la prueba propuesta por el Grupo de Innovación Docente sobre la preparación de las Olimpiadas Matemáticas de la Real Sociedad Matemática Española. Su procedencia ha sido de casi toda la provincia: “Haciendo un recorrido, se pasa por prácticamente todas las comarcas, de Adra a Vera y hacia el interior por Sorbas o Tíjola, por poner un ejemplo”. El total de inscritos ha superado los 400, “habiéndose limitado la participación a 15 por cada uno de los aproximadamente 30 centros, de tal manera que no se fuera demasiado la cifra para poder manejarlos bien, y para que no se viviera como una ‘excursión’, sino que tuviera algo de tono competitivo así como de responsabilidad”.
En ese sentido, De Amo ha recordado que “ahora se entra en la etapa de formación de los chicos que quieran participar en las Olimpiadas, con las fases provinciales allá por enero en Almería, y allá por primavera en la fase final, que se celebrará en una ciudad española”. No le ha ido mal a la provincia puesto que “hemos tenido una medalla de plata en el ámbito nacional, lo que pone de manifiesto que prepararlos en este tipo de pruebas da buenos resultados”. Se distribuyen en “ocho sesiones en la capital y cinco en el Almanzora, y este año comienza un grupo de trabajo en el Poniente”. La experiencia del concurso está “estrechando las relaciones entre el profesorado de universidad y bachillerato”.
Pero no solo eso, sino que hay algo muy importante que ha relatado el decano: “este año no solo hemos conseguido rellenar el cupo de alumnos, sino que han quedado más de 50 en lista de espera. Que en Almería sea así es algo que no se podía soñar cuando en otras épocas hemos tenido que justificar mediante cifras muy concretas que seguía mereciendo la pena tener Matemáticas en la Universidad de Almería”. No solo es la buena captación de alumnos, sino otros elementos. “Esto responde a la calidad de los grupos de investigación que tenemos y que la capacidad docente es elevada, como reconocen las evaluaciones periódicas de nuestro profesorado”. De Amo ha sido rotundo, “fiarse de las Matemáticas en Almería, para nuestra sociedad sigue mereciendo la pena”.
Los exámenes son corregidos por una máquina que no facilita la nota, sino la clasificación definitiva, algo que se hará público el próximo lunes. Las categorías en las que se dividen son la de 4º de ESO, 1º de Bachillerato y 2º de Bachillerato. Enrique de Amo ha destacado que “nos quedamos con que hay mucho ánimo de participación, los chiquillos se suelen quedar hasta el final de la prueba intentando hacerlo lo mejor posible, vemos que hay muchos nervios siempre. En Almería tenemos capacidad para obtener buenos resultados”. De vuelta a sus respectivos centros educativos, la nota predominante ha sido la de rostros de satisfacción tras haber pasado una jornada divertida en el campus y haber descubierto que las matemáticas tienen bastante atractivo: “Resolver problemas no es aburrido”.