Prácticamente 70 inscritos en el curso del mismo nombre, con origen en la Universidad de Valencia, creado por la catedrática Capitolina Díaz y ofertado a docentes, investigadores y doctorandos de la Universidad de Almería desde el Vicerrectorado de Estudiantes, Igualdad e Inclusión.
De carácter semipresencial, con una primera sesión de cinco horas en el Aulario IV del campus almeriense este martes día 21 de enero y el resto del desarrollo on-line, a razón de una unidad por semana hasta un total de cuatro, el curso ‘Análisis de género en la investigación’ ha recibido un “gran respaldo en la UAL”, como ha destacado Maribel Ramírez. La vicerrectora de Estudiantes, Igualdad e Inclusión ha explicado que se ha traído esta iniciativa “con el objetivo de sensibilizar a la comunidad universitaria en materia de igualdad de género”, y ha precisado que “se ha ofertado dentro del Plan de Formación del PDI- Personal Docente Investigador- en colaboración con el Vicerrectorado de Ordenación Académica”. En concreto, “se busca mejorar las competencias del personal investigador en la inclusión de la perspectiva de género, tanto en proyectos y trabajos de tesis doctoral, como de potenciales proyectos de investigación y los artículos científicos que puedan derivarse de las investigaciones”.
A su vez, “también capacita para evitar sesgos sexistas en la investigación, teniendo en cuenta que conviene no olvidar la circunstancia de que, actualmente, en la evaluación de los proyectos de investigación se viene reconociendo la inclusión de la perspectiva de género”. El curso tendrá una duración de 25 horas de carga lectiva, de las que cinco se han impartido en sesión presencial y las restantes podrán ser seguidas con facilidad gracias a la guía de una tutora. Una de ellas es la creadora del curso, Capitolina Díaz, catedrática de Sociología de la Universidad de Valencia, que también ha conducido la ‘presentación’ del mismo ante los matriculados, muy interesados en esta temática. Después llegará el desarrollo de las cuatro unidades, que son ‘Concepto, tecnologías y sesgos sexistas’, ‘El enfoque de género en la investigación’, ‘Género e investigación en las ciencias sociales y de la vida’ y ‘Género e investigación en el medio ambiente y las tecnologías’.
Díaz ha explicado que era necesario la creación e impartición de este curso por muchos motivos, siendo la principal la mayor calidad de las investigaciones: “Sin duda, y de hecho la Comisión Europea, que lo que busca es la excelencia científica, ha incorporado de manera obligatoria el análisis de sexo-género como un paso para mejorar la calidad de la investigación, porque una investigación que nada más se ocupe de la mitad de lo que hay y que luego pretenda decir que eso es aplicable a todo lo que hay, indudablemente no es correcta”. Lo que sucede actualmente es algo que radica en que “en el aprendizaje que hemos tenido de cómo realizar la investigación, y en las investigaciones que hemos conocido y hemos practicado, no se tiene en cuenta la variable sexo-género; la mayor parte de las investigaciones convencionales no la incluyen, a menudo en las muestras de investigación no se tiene en cuenta que debe haber un número representativo de mujeres y hombres, y así siempre investiguemos lo que investiguemos, ya sean animales, células de tejidos animales o incluso plantas sexuadas, cualquier cosa que esté sexuada ha de tener una representación proporcional, y en el caso de humanos, además, de género”.
Capitolina Díaz, como especialista en Sociología del Género, ha abundado en que “hay que tener en cuenta las variables que hacen que la gente socialmente sea, tenga comportamientos, roles… condicionados por el sexo de su adscripción al nacer, sabiendo que no somos solo un sexo biológico, sino que, a partir de ese sexo biológico, socialmente aprendemos y nos caracterizamos de maneras distintas, y tenemos distintas identidades de género, y la investigación debe tener eso en cuenta”. Ha hecho referencia a ejemplos como el rendimiento educativo, el absentismo y algo que ha investigado en relación a su propia universidad, como es “la brecha salarial que sí que hay en el profesorado, pese a que el BOE lo establezca igual”. Su resumen de intenciones lo ha fijado en una sola frase: “Aprender a incorporara la perspectiva ve género en la ciencia”. Pionera en el planteamiento de un curso al respecto, su éxito está siendo elevado y pronto habrá una versión en inglés, “por el interés de varias universidades del extranjero, más una docena de España”.