Se trata de un documento que recoge los principios, actitudes y valores éticos en los que la Universidad de Almería quiere fundamentar su actuación como la libertad, solidaridad, respeto, igualdad, transparencia y honradez.
Expresar el compromiso de la comunidad universitaria almeriense con unas conductas individuales e institucionales que alumbren a la sociedad desde el conocimiento, orienten la convivencia e inspiren sus acciones dentro y fuera del campus, es el objetivo que persigue la Universidad de Almería con su Código Ético, que surgió a propuesta del rector, Carmelo Rodríguez. El documento, que ha contado para su elaboración con la participación de toda la comunidad universitaria, es expresión de la identidad y referente de los valores que aspira a realizar la UAL.
El “Código Ético ‘In lumine sapientia’. En la luz de la sabiduría” recoge un conjunto de principios, actitudes y valores que fundamentan la conducta individual e institucional de la UAL. “Este compromiso comunitario de estudiantes, Personal de Administración y Servicios (PAS) y Personal Docente e Investigador (PDI) también pretende ser nuestro modo de actuar dentro y fuera del campus en nuestras relaciones con el resto de la sociedad”, ha indicado el Defensor Universitario, Juan Sebastián Fernández.
El Código Ético se puso en marcha tras su publicación en el BOJA el 24 de diciembre de 2018. “No es una norma sancionadora, sino un instrumento asequible e inspirador del comportamiento de estudiantes, PAS y PDI”. En la medida de que se apropie la comunidad universitaria del código se podrá convertir en su seña de identidad. “El hecho de tener un Código Ético recuerda y motiva que nuestras acciones no deben estar marcadas por intereses pragmáticos, personales o cortoplacistas sino por estos criterios que cuidan fundamentalmente del bien común”, explica el Defensor Universitario.
La Universidad de Almería está dándolo a conocer y animando a todos sus miembros y a las entidades y personas que colaboran con ella a hacer suyos estos principios y a trabajar para hacerlos realidad día a día. La intención de la defensoría es regular en su nuevo reglamento una comisión de seguimiento, de tal manera que se rinda cuenta al claustro del desarrollo, difusión y aplicación del Código. Un aspecto importante será su difusión y conocimiento como un punto de partida imprescindible, elaborando materiales (cartelería, dípticos, etc.) presentándolo en los espacios oportunos, subscribiéndolo cada vez que los estudiantes se matriculan o el PAS y PDI firman un contrato laboral, etc. “A partir de ahí, crecerán las posibilidades para abrir debates y profundizar sobre aspectos concretos del código, contrastar y revisar el quehacer de la Universidad a la luz del código y, en definitiva, seguir creciendo como personas e institución”, apunta Juan Sebastián Fernández.
El Código Ético recoge principios, actitudes y valores éticos relacionados con la cultura de paz, libertad y solidaridad como la promoción de relaciones entre personas y grupos basadas en los Derechos Humanos y el entendimiento y convivencia pacífica, desde el ejercicio autónomo y crítico de una ciudadanía responsable al servicio de la comunidad.
En relación a los principios de igualdad y valor de las diferencias, el Código Ético señala la equidad en derechos, el reconocimiento y aprecio de la particularidad, la distinción, el disenso, la pluralidad y la diversidad de todos y cada uno de los seres humanos como valores a aplicar.
El documento también recoge las líneas a seguir en cuanto al respeto y cuidado abogando por la cautela, la atención, el buen trato a las personas, los bienes y el medio ambiente, y el uso eficiente y socialmente orientado de los recursos.
La participación y la cooperación también cuentan con un apartado propio en el Código Ético en el que se habla de la implicación personal, la actitud proactiva, dialogante y de colaboración en la toma de decisiones; así como de favorecer sinergias, alianzas y redes con otras entidades que fomenten el desarrollo humano, social y económico.
No falta la referencia en el documento a la excelencia y la calidad, con el impulso del aprendizaje constante y mejora continua, afán de superación, fomento del esfuerzo y cultivo del talento. También con el refuerzo de las buenas prácticas, premio al mérito y la competencia, así como la capacidad de iniciativa, apuesta por la innovación y la transformación del entorno.
Por último, el Código Ético fundamenta su actuación en los valores transparencia y honradez marcando rectitud y claridad en los propósitos, las acciones y en el uso de los medios. También contempla la búsqueda de la verdad, objetividad, imparcialidad y buenas prácticas en cada actividad.