El plazo de inscripciones se abre el 1 de mayo para un certamen plenamente consolidado en el panorama musical mundial, que tendrá su desenlace en las fechas habituales del puente de diciembre
Ya está lanzada la 4ª edición del Concurso Internacional de Dirección de Orquesta Universidad de Almería, que entre el 1 y el 31 de mayo tendrá abierto el plazo de inscripciones con la vista puesta en igualar o incluso superar las 150 de 40 nacionalidades que se consiguieron el año pasado. Organizado por el Vicerrectorado de Cultura y Sociedad y el Consejo Social de la UAL, sumándose la colaboración de Cajamar, mantendrá el mismo formato que hasta ahora, con una parte interna de admisión de candidaturas y la primera prueba virtual, para pasar a la parte pública, presencial, que tendrá lugar, como tradicionalmente ha venido haciéndose, en el puente de diciembre. A ella acudirán los ocho mejores candidatos, de los que solo cuatro serán finalistas y afrontarán el ensayo del día 8 y el gran concierto del día 9 de diciembre, un acontecimiento cultural de primer orden para Almería.
Ha sido presentado por la vicerrectora de Cultura y Sociedad de la UAL, María del Mar Ruiz, por la presidenta del Consejo Social, Mariola Hidalgo, y por el director de la Orquesta y del Coro de la Universidad de Almería, Juan José Navarro, que es además uno de los miembros técnicos del jurado. Junto a él este año estarán los directores internacionales Maurizio Colasanti, que es profesor del Conservatorio Superior de Música ‘Claudio Monteverdi’ de Bolzano, y Murat Cem Orhan, director artístico de CRR Istanbul Symphony Orchestra. El primer premio estará dotado de 4.000 euros y dos conciertos como director invitado, uno con la Orquesta Sinfónica Metropolitana di Bari, en Italia, y otro con la Orquesta Sinfónica de Vittesti, en Rumanía. El segundo premio será de 1.000 euros y se otorgará el también tradicional Premio de la Orquesta, decidido por los músicos. Se contará por segundo año consecutivo con la soprano Belén Roig y el repertorio se cambia a piezas de Mozart, Schumann, Gluk, Massenet y Puccini.
María del Mar Ruiz ha reconocido que “a nosotros nos sorprendió ya en la primera edición el éxito que tuvimos”, en referencia a la gran aceptación de público que ha alcanzado año tras año, lo que le lleva a sostener que “la UAL tiene que apostar por este tipo de proyectos, muy cuidados en cuanto a organización, con los propios concursantes felicitándonos y sorprendiéndose de los detalles, y en los que ofrecemos la oportunidad de acercar la música clásica a la sociedad, y no solo de la mano de primeras figuras, sino de directores que están en formación”. Ha insistido precisamente en lo relevante que es “hacer partícipe a la sociedad” y que “pierda el miedo a acercarse a la música clásica; se piensa que es para la élite cuando no es verdad, ya que es una música que simplemente necesita un poco de tranquilidad, escucharla y descubrir que detrás de esas notas compuestas hace cien o doscientos años hay un equilibrio y una belleza que permite transportarte a otro mundo, a otras historias que no están en tu día a día”. Por hacerlo posible, ha dado las gracias al Consejo Social, personalizando en su presidenta y en los consejeros: “Sin él, no podría continuar”.
Mariola Hidalgo ha recordado que “el Consejo Social siempre, desde su inicio en 2021, ha sido fiel a esta cita” y ha subrayado que esta es “una edición en la que ya se consolida” tras haber cosechado en las anteriores “el éxito de participación y una gran cantidad de países a los que se llega”. A su juicio, “este concurso va dejando huella en nuestra sociedad y en la música de nuestra provincia, porque no solo es una plataforma para destacar el talento emergente en el arte de la dirección de orquesta, sino que también tiene un impacto muy significativo en la sociedad y ofrece una invaluable visibilidad internacional de la UAL y de Almería”. Lo ha definido como “fuente cultural en el que concurren directores de orquesta de diversas partes del mundo, con lo cual favorece esa interrelación entre diferentes culturas que, sin duda, es un atractivo para los participantes”.
Todo ello tiene una aplicación en lo cercano, tal y como ha destacado la presidenta del Consejo Social: “Es una fuente de inspiración para los jóvenes de nuestra provincia que tengan especial sensibilidad por esta disciplina y además brinda la oportunidad de acercar la música clásica a un público más amplio, sobre todo a través de su fase final y de ese concierto que está abierto a toda la sociedad, enriqueciendo así la vida cultural almeriense y fomentando el acceso a la cultura para todos”. Por último, ha insistido en algo a lo que otorga mucho valor: “Dada la experiencia que ya tenemos de las ediciones anteriores, algo clave es la visibilidad internacional y cómo la Universidad de Almería proyecta una imagen de excelencia académica y artística a nivel mundial”. La palabra “prestigio” ha cerrado su intervención, llave para el “turismo cultural que genera un impacto económico positivo” de la provincia.
Juan José Navarro se ha adentrado en las bases de esta cuarta edición y ha desvelado las novedades, si bien “se tiene una estructura muy similar a los años anteriores” porque ha funcionado muy bien. Así, “simplemente se introducen unos pequeños matices para ir dándole variedad y para que también tenga un atractivo añadido año tras año”. En esa línea ha explicado que “en la final siempre tenemos un ensayo y un concierto, y estoy seguro que si no hubiera un ensayo y solo hubiera el concierto, a lo mejor el premio lo tendría otro candidato, y al revés, si no hubiera concierto y hubiera el ensayo”, textualmente, para precisar al respecto que “lo que valora el jurado es lo preparado que está un director para ir a una orquesta, ensayar y hacer un concierto, porque si solo dirigiera el concierto veríamos, por simplificar mucho, que tiene buenas formas con la batuta y ya, y eso no nos dice que sepa trabajar con la orquesta; de ahí que con la estructura del concurso vemos un poquito todo lo que necesitamos ver”.
También es importante el repertorio para determinar a la persona ganadora: “Normalmente siempre buscamos que sea variado y que nos dé también argumentos para tomar las decisiones dentro de un todo”. Navarro ha sido rotundo con afirmar que “con esta cuarta edición el concurso ya se consolida, el año pasado hubo candidatos de 40 países distintos, lo cual es un orgullo”. Como otra prueba añadida del prestigio alcanzado y de la consolidación, a “las vías habituales de promoción con plataformas muy conocidas en este mundo de la música, como Musical Chairs, con la que se llega a todo el planeta, plataformas de universidades americanas de música y conservatorios”, cabe añadir que “el boca a boca es muy importante y si funciona es porque funciona el concurso”.