Con un total de 77 personas leyendo por parejas poemas en 37 idiomas distintos y su traducción al español, más que nunca antes en su historia, esta actividad cultura clásica supera las expectativas de una jornada cargada de emoción.
Multitudinaria respuesta al llamamiento de Isabel Giménez y de Raúl Quinto, los directores de principio a fin de la Facultad de Poesía José Ángel Valente. La Poesía Bífida, una de las ‘joyas de la corona’, cuya labor de aportación cultural se inició mucho antes de la creación de ese Proyecto Atalaya liderado por la UAL, ha superado todas las expectativas de participación, compromiso y complicidad entre las personas asistentes a la Sala de Grados del Edificio de Gobierno. Allí, con un lleno absoluto, han dado comienzo las actividades programadas para la despedida definitiva de la Facultad Valente, contando con 77 personas en la lectura por parejas de poemas en 37 idiomas distintos y su correspondiente traducción al español.
De hecho, de eso se trata, desde siempre, la Poesía Bífida, creada años atrás por Ana Santos y por la propia Isabel Giménez, muy emocionada antes, durante y después del evento. Como cada edición desde su fallecimiento, del que el próximo día 31 hará 9 años, ha sido un homenaje a Ana, a ‘La Gaviera’, esta vez compartido con otra persona entrañable y añorada como el catedrático Manuel López. Una madrileña, una leridana y un jienense encontrándose en Almería y uniéndose por su enamoramiento de esta tierra y por su pasión por la cultura, tal cual quiere representar la Bífida, en la que dos personas que no tienen una relación previa unen voces para compartir un poema con muchas más personas que escuchan y generan una atmósfera de conexión.
Por ello ha sido también, y no solo por ser la más multitudinaria de su historia, un rotundo éxito. Isabel Giménez ha reconocido que la ha afrontado “muy, muy, muy nerviosa, con un pellizco en el estómago, pero muy contanta también”. Su deseo ha sido que se viva como “un día de celebración” y se ha mostrado “muy agradecida a los alumnos, a los profesores, a personas externas, a la UAL, y muy agradecida a Ana Santos”. Echando la vista atrás, “15 años hemos estado, excepto en el que ella falleció y el de la pandemia, y ya incorporado a la Facultad Valente los últimos siete”. Ha insistido en su gratitud por el hecho de que haya “tantas personas dispuestas por el puro amor al arte, a colaborar, a leer poemas en diferentes lenguas, a leer las traducciones de esos poemas… por el gusto de estar, por el único beneficio del arte y de estar unidos en el arte de la música y de la poesía”.
Fiel a su modo de sentir tanto la docencia como la divulgación y promoción cultura, Giménez ha confesado que va “enganchando a la gente para que participe”. Se ha contado en la lectura con alumnado de todos los cursos de Estudios Ingleses, Filología Hispánica, y el doble grado formado entre ambas titulaciones, además de con profesorado de Filología y de Historia y de participantes de fuera del campus, entre otras procedencias. Todos bajo el mismo procedimiento, primero se ha desvelado el nombre del autor, después el título del poema, se ha leído en la lengua original y después se da la réplica en español facilitando el nombre de quien traduce. En cuanto a la selección de obras, “lo habitual es que la haga yo”, ha manifestado Isabel Giménez, “pero este año he pedido que cada uno elija el poema, y a pesar de que algún autor se repite, me da igual, y que viva la poesía de una manera libérrima hoy”.
Pensando en su amiga y cofundadora, “Ana estaría tan emocionada como yo y muy feliz, porque Ana era pura alegría, y vivía en la literatura también, en sus proyectos, era muy imaginativa, muy creativa”. El primer elemento de la gran despedida de la Facultad Valente, que se ha hecho coincidir con el Día Mundial de la Poesía para un mayor simbolismo, ha dado paso a un recital poético de
Berta García Faet, Premio Nacional de Poesía Joven: “Es una de las voces más potentes y más representativas de la poesía que se está haciendo ahora, joven, con un largo recorrido por delante y es una alegría tenerla a ella, como por la tarde contar con Chantal Maillard”. Del campus a la ciudad, conexión entre ambos lugares, el círculo se cierra en el mismo punto en el que se inició hace ya siete años, con “el recital de la poeta que considero más valiosa ahora mismo en las letras españolas”, ya que con ella se empezó y con ella se acaba, como también con la música de Sonia Miranda, cantaora asimismo participante en la primera edición, con toque a la guitarra de Antonio Luis López, ambos eventos en la Peña El Taranto.