Inaugurado un programa consolidado, que “está creando generaciones de jóvenes con discapacidad intelectual sobradamente preparados para el mercado laboral”, organizado por la Universidad de Almería con la ayuda de A toda vela y Asalsido, y el patrocinio de la Fundación ONCE.
Los estudiantes, arropados por un nutrido grupo de sus familiares, se han reunido, con rostros de ilusión y con los nervios propios del momento, en la Sala de Grados del Paraninfo, lugar desde el que se han dispuesto a entrar, siendo alumnos de pleno derecho, en el campus universitario. Por delante tienen muchos meses de estudio, pero por atrás ha quedado un buen número de compañeros que les han precedido y que han conseguido un trabajo gracias a las dos exitosas experiencias previas de este Programa de Cualificación Profesional para el Empleo. Organizado por la UAL con la participación activa de las asociaciones A toda vela y Asalsido, y sobre todo gracias al patrocinio por tercer año consecutivo de Fundación ONCE y su gestión del Fondo Social Europeo, ha quedado inaugurado en su tercera y cada vez más ambiciosa edición.
Encargada de darle oficialidad al inicio de las clases ha estado Maribel Ramírez, vicerrectora de Estudiantes, Igualdad e Inclusión de la Universidad de Almería, dentro de la remodelación de la estructura del organigrama de gobierno de la UAL. Se ha confesado “emocionada” cuando le ha correspondido dirigirse a los nuevos alumnos, “llena de satisfacción por lo que simboliza y por la oportunidad que brinda a la Universidad de Almería, de ponerse al servicio de esas personas que menos oportunidades tienen”. Esta institución “está comprometida socialmente” y considera que “la discapacidad es una manifestación más de la diversidad humana, que una sociedad inclusiva y abierta ha de acoger como elemento enriquecedor que agrega valor”. Siendo el empleo “uno de los factores preferentes de socialización”, está claro que “para las personas con discapacidad, la importancia del acceso al mercado laboral se redobla”. La situación actual a ese respecto “está lejos de ser satisfactoria”, cuestión que “se agrava con el condicionante de género”.
Es por ello que ha agradecido el empuje económico de la Fundación ONCE, ya que “es evidente el papel que la educación ejerce: formación y cualificación de los jóvenes con discapacidad para favorecer el desarrollo personal, social y laboral”. Ha desvelado el compromiso de gobierno para “avanzar en la estructura y que no todo dependa de voluntades, para que venga quien venga, sea ya un derecho consolidado”. Ha elogiado a las dos asociaciones implicadas y a la Unidad para la Atención a la Diversidad Funcional, dirigida por una Pilar Sánchez convencida de tantos grandes pasos dados: “Estamos de verdad creando generaciones de jóvenes con discapacidad intelectual sobradamente preparados; nunca hasta ahora hemos lanzado al mercado laboral a chicos y chicas con discapacidad intelectual con tanta preparación y con un título universitario bajo el brazo”. La ilusión es incluso mayor para esta tercera edición en la que hay un equipo de trabajo renovado y en la que se puede hablar de “consolidación” y de “dar más pasos adelante”.
Por parte de quien sostiene económicamente esta iniciativa, María Jesús Segovia, directora de la ONCE en Almería, ha usado términos como “trabajo innovador” e “innovación docente”, así como “formación de calidad” al referirse a la Universidad de Almería, dirigiéndose de modo explícito al profesorado: “Hay muchos implicados y mucha ilusión e interés por colaborar, y por ello hay que aprovechar esa sinergia, mejorar la empleabilidad, hacer posible un empleo de calidad, que es la mejor manera de lograr autonomía, de afrontar proyectos y del diseño de la propia vida; por eso, gracias por la ilusión, por inventar otra manera de dar clase y motivar a los alumnos”. A ellos les ha recordado que tienen “derechos y obligaciones, las de aprobar el curso, porque no se lo regalan a nadie, hay que esforzarse y hay que trabajar e implicarse, porque es una gran oportunidad que hay que aprovechar”. En esa línea, les ha pedido que sean felices y les ha formulado un deseo: “Que os cambie la vida para bien”.
Repasando la trayectoria de estos tres años, se ha pasado de 15 universidades hasta las 23 en la actualidad, y de 230 alumnos a 350, situándose la tasa de empleabilidad en un 30% respecto a la Universidad de Almería: “Las dos ediciones anteriores han logrado una alta valoración desde las universidades, los estudiantes, las familias y, muy importante, desde las empresas”. Memoria ha hecho también Isabel Guirao, directora de A toda Vela, al referirse al seminario organizado por la Fundación ONCE tres años atrás para “debatir qué se podría poner en marcha para impulsar la vida en comunidad de las personas con discapacidad, especialmente los jóvenes”, viéndose en ese momento que había universidades con proyectos. Sobre la UAL, ha agradecido su trabajo y su predisposición en pos de esos objetivos, el de “vidas dignas de ser vividas”. En cuanto a la asociación Asalsido, su vicepresidenta Elisabeth Parra, ha mostrado orgullo por formar parte de este programa, que “poco a poco se está consolidando en nuestra universidad, la de todos, la de las personas”. Ha definido la “educación como principal fuente de igualdad de oportunidades”, deseando “que estos proyectos no dependan de subvenciones. “Aprovechad la experiencia y exprimir a los profesores”, les ha pedido directamente a los alumnos.