La Facultad de Ciencias de la Salud y el Vicerrectorado de Deportes, Sostenibilidad y Universidad Saludable se alían con el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos.
Los datos son claros y una vez más han salido a colación como principal argumento para pedir a la sociedad un uso responsable de los antibióticos, resumido todo en una sola frase: “Hoy por hoy, el desarrollo de bacterias resistentes a este tipo de medicamentos constituye una de las amenazas más serias para la salud pública”. Y es que las bacterias multirresistentes causan 33.000 muertes al año en Europa y generan un gasto sanitario adicional de unos 1.500 millones de euros. La Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Almería, junto al Secretariado para la Universidad Saludable, ha recibido en el campus a los hospitales universitarios de Torrecárdenas y Poniente, además de al Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos, y todos de la mano han ofrecido una mesa redonda conmemorando el Día Europeo del Uso Prudente de los Antibióticos.
Esta conmemoración está fechada el 18 de noviembre y sus objetivos son los mismo seis del propio Plan Nacional: vigilancia del consumo y de la resistencia a los antibióticos, controlar las resistencias bacterianas, identificar e impulsar medidas alternativas y/o complementarias de prevención y tratamiento, definir las prioridades en materia de investigación, formación e información a los profesionales sanitarios y, por último, comunicación y sensibilización de la población en su conjunto y subgrupos de población.
La mesa redonda se ha realizado en la Sala de Conferencias del Edificio de Ciencias de la Salud, ha estado dirigida al conjunto de toda la comunidad universitaria y ha sido iniciada por María Ángeles Esteban, especialista de Medicina Interna en el Hospital Universitario Torrecárdenas, además de miembro del PIRASOA, Programa integral de la prevención y control de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria y uso apropiado de los antimicrobianos.
Tras ella ha participado María Victoria Martínez, enfermera de la Unidad de Gestión Clínica de Medicina Preventiva y miembro de la Comisión de Infecciones del Hospital Universitario Torrecárdenas y del PIRASOA. Ha cerrado las intervenciones Macarena Herrera, Farmacéutica Interna Residente de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario de Poniente de El Ejido. Con ellas ha quedado de manifiesto, desde la práctica, la necesidad de actuar ante un problema de gran calado, puesto que el uso excesivo e inadecuado de los antibióticos es una cuestión en la que “todos tenemos parte de responsabilidad”. Como consecuencia de su uso incorrecto, los antibióticos están perdiendo eficacia a un ritmo “impensable hace tan sólo cinco años”. El peligro está localizado y muy bien definido: “Si seguimos consumiendo antibióticos al ritmo actual, Europa podría sufrir un retroceso a la era anterior a este medicamento, cuando una infección bacteriana corriente, como una neumonía, podía suponer una sentencia de muerte”.
El PRAN es un plan estratégico y de acción cuyo objetivo es reducir el riesgo de selección y diseminación de resistencia a los antibióticos y, consecuentemente, reducir el impacto de este problema sobre la salud de las personas y los animales, preservando de manera sostenible la eficacia de los antibióticos existentes. Sus antes referidas seis líneas estratégicas son comunes en la salud humana y la sanidad animal. En este momento participan en su desarrollo todas las comunidades autónomas, diez ministerios, que son Sanidad, Consumo, Agricultura, Economía, Educación, Ciencia, Universidades, Interior, Defensa y Transición Ecológica, más de 70 sociedades científicas, organizaciones colegiales, asociaciones profesionales y universidades. A este amplio equipo se suman alrededor de 300 colaboradores expertos.
El descubrimiento del primer antibiótico, a mediados del siglo XX, cambió el rumbo de la medicina moderna, que pudo comenzar a tratar la mayoría de las infecciones bacterianas tanto en los seres humanos como en los animales. Ahora, los logros de la referida medicina moderna están en serio peligro: “sin antibióticos eficaces para la atención y prevención de las infecciones, el éxito de tratamientos como el trasplante de órganos, la quimioterapia o la cirugía se vería comprometido”. El mensaje es muy claro: “Si no solucionamos este problema, en el año 2050 los expertos prevén un total de 40.000 muertes anuales por infecciones que antes eran fácilmente curables”. La Organización Mundial de la Salud recomienda lavarse las manos con frecuencia, practicar una buena higiene de alimentos, evitar contacto directo con personas enfermas y cumplir puntualmente con el calendario de vacunas.