Catedrático de la Universidad de Granada, ofrece una conferencia con motivo de los actos de la Patrona de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Almería, con la que además pone en contexto la exposición inaugurada en el hall.
Una cosa seguida de la otra, ambas unidos por un mismo personaje histórico. Conferencia inaugural después del acto de apertura oficial de la exposición ‘Las universidades de Carlos V. Patrimonio y memoria’. El Aula Magna se ha llenado para escuchar a Rafel López Guzmán, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Granada, docente e investigador de una muy estrecha relación con la Universidad de Almería. Así se lo ha reconocido el decano Rafael Quirosa-Cheyrouze antes del inicio de su charla: “Tenemos a uno de los referentes en la historia del arte en las universidades españolas, y con repercusión internacional, y para nosotros es un amigo que tiene una permanente colaboración con las actividades que hacemos en la Facultad”.
El decano ha resumido en dos ejes básicos la presencia de López Guzmán y de la exposición que ha traído consigo, por un lado el de “promover la difusión del conocimiento que se genera a través de proyectos como el suyo”, y por otro lado “tener la capacidad de interacción entre universidades distintas para, en este caso destacar el valor que tiene la universidad en la sociedad”. Ha sido un hito más dentro de la programación de Carmen de Burgos, patrona de la Facultad de Humanidades de la UAL: “Volcados en un montón de actividades, algunas como consecuencia de la acción del equipo decanal, otras de los propios estudiantes, que llenan de vida nuestro centro y recuerdan la importancia de las Humanidades en un momento en el que hay que defenderlas”.
Rafael López ha enmarcado la exposición abierta al público dentro de “un proyecto que empieza como innovación docente, después se desarrolla como proyecto de investigación y entre los resultados que ha conseguido está esta muestra, pero también otra serie de elementos que son interesantes, como pueden ser un seminario internacional recogido en un libro editado por una editorial de gran prestigio, y también un proyecto de difusión de interacción con los alumnos de párvulos”. Sobre ello se ha detenido para detallar que “conseguimos que 150 alumnos de 5 años vinieran a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada para que interrelacionaran con el profesorado, porque lo que hemos querido es que a niveles básicos se conozca la historia de la universidad también, y lo que fue la educación en el antiguo Reino de Granada”.
Se ha mostrado satisfecho de la consecución de objetivos del proyecto en distintos planos: “Investigación, en un momento oportuno por lo que significa la historia del emperador Calos V y la fundación de la Universidad de Granada, transferencia del conocimiento en varios ámbitos de la sociedad, como puede ser esta exposición para el estudiantado y para el público general, y difusión a través de una narración inventada, pero con recursos relativos a la ‘verdad histórica’, con la que se llega distintos niveles educativos, que es muy importante”. Respecto a esto último, se ha creado “una historia cómica de un ratón que vive en la Alhambra y que fue el que inventó la Universidad de Granada conjuntamente con la emperatriz Isabel y con Carlos V”, que está en soporte audiovisual. No ha dudado en sostener que “esa es la labor de la universidad: investigación, docencia y transferencia y difusión del conocimiento”.
Respecto a su conferencia, que ha dado contexto a la exposición del hall del edificio de Humanidades, ha dado una visión general “del cambio radical que se produce con la conformación de las monarquías absolutas en el siglo XVI de lo que es la función de las universidades”. Más en profundidad, “la universidad ya no va a ser el lugar donde se forman los altos eclesiásticos, como sucede en la edad media, sino que va a ser donde se forman los altos burócratas del estado moderno”. De hecho, “mucha de la gente que pasa por la universidad va a tener cargos importantes en los consejos, lo que hoy se conocería como ministros en distintos gobiernos de los mandatarios europeos”. A partir de ese momento “se necesita una formación, ya no es el aristócrata medieval con una serie de cualidades por ‘centralismo’, el monarca y su entorno cercano, sino que es gente preparada, y por eso sirven las universidades”.
Por lo tanto, “la universidad va a iniciar un proceso que va a llegar hasta la época contemporánea, donde nos vamos a encontrar ya la universidad como espacio del saber, no de las musas o de formación teológica”. En ellas se van a gestar temas muy importantes, “por ejemplo, en Salamanca, siglo XVI, se investiga el desfase horario respecto al sol, que era de casi una semana desde la épica romana, y se cambia al calendario gregoriano, por lo que la situación de nuestros 365 días del año y de la épocas y las estaciones depende de una investigación, insisto, del siglo XVI”. Es por ello que ha subrayado que “desde Carlos V, dado el cambio que se propone, la universidad es un espacio del saber, no es solo teología, ni derecho, sino elementos de carácter científico”.