El Grupo de Investigación ‘Biotecnología de Microalgas Marinas’ de la Universidad de Almería publica un estudio utilizando la especie Amphidinium carterae, cuyos resultados podrían tener un impacto muy positivo a medio plazo tanto en la “valorización de subproductos agrícolas” como en el “desarrollo de la economía circular”.
Un equipo integrado por siete investigadores de la UAL −Lorenzo López, Nazaret Ballesteros, Yolanda Soriano, Francisco García, Asterio Sánchez, Antonio Contreras y María del Carmen Cerón, miembros del Grupo de Investigación BIO-173, ‘Biotecnología de Microalgas Marinas’− han realizado una importante aportación respecto al uso de las microalgas marinas en los cultivos hidropónicos. Su trabajo ha sido publicado en la revista Science of the Total Environment, de Elsevier, especializada en el área de Ciencias Ambientales −Environmental Sciences− y con un alto factor de impacto de 8.2 (Q1).
Se titula ‘Amphidinium carterae growth in hydroponic wastewater. A sustainable approach to a microalgae-based process promoting a circular bioeconomy’. Está centrado en el uso de las microalgas marinas para tratar los efluentes del cultivo hidropónico y a su vez producir fungicidas agrícolas en un proceso de economía circular. Este tipo de producción agrícola de hortalizas, cada vez más popular en todo el mundo, enfrenta un desafío importante: el gran consumo de agua dulce y la generación de aguas efluentes con altos niveles de nitrógeno y fósforo. Si estas aguas no se gestionan correctamente, además de perder recursos, pueden contaminar suelo y agua, perjudicando los ecosistemas. Ante dicho problema, este nuevo estudio ha utilizado una solución innovadora.
Como apunta el título de la investigación, se ha utilizado la especie Amphidinium carterae y sus resultados han sido prometedores: esta microalga es capaz de crecer de forma satisfactoria y eliminar completamente los nutrientes problemáticos (nitrógeno y fósforo) del agua. Además, aumenta la producción de compuestos beneficiosos, carotenoides, ácidos grasos poliinsaturados y anfidinoles, “unos compuestos fungicidas producidos por la propia microalga”. Este avance “podría transformar la forma en que se gestionan los efluentes de los cultivos hidropónicos, al mismo tiempo que se promueve la economía circular y se generan productos biológicos útiles, como fungicidas agrícolas”, señalan los autores.
En esta línea, los investigadores continúan avanzado sobre la base de los resultados iniciales, que han definido como “muy prometedores para un futuro más sostenible en la agricultura”. De hecho, han situado el impacto de su aplicación en varios plazos. En el corto y medio espacio de tiempo “esta investigación en la agricultura de Almería podría ser significativa, teniendo en cuenta que la provincia es una de las principales productoras hortícolas de España y del mundo, especialmente en cultivos hidropónicos”. Y es que “proporciona una mejora en la gestión del agua de estos cultivos”. Sabiendo que “Almería se enfrenta a problemas de escasez de agua y contaminación de los recursos hídricos”, la provincia “podría beneficiarse de esta tecnología para tratar aguas efluentes de los cultivos hidropónicos”, eliminando nitrógeno y fósforo: “Reduciría la contaminación de suelos y cuerpos de agua cercanos”.
Igualmente han subrayado la “sostenibilidad”, ya que “el uso de esta tecnología ayudaría a los agricultores a cumplir las regulaciones ambientales más estrictas, como las relacionadas con el tratamiento de aguas residuales agrícolas, mejorando la sostenibilidad de sus prácticas”. Esto “podría resultar en un ahorro de costos en el tratamiento de efluentes y en un manejo más eficiente de los recursos naturales”, impulsando en el medio plazo el “desarrollo de la economía circular”. En ese sentido, “Almería podría liderar la adopción de modelos de economía circular en la agricultura, reutilizando los efluentes de los cultivos para producir microalgas marinas que, a su vez, generen productos útiles, como fungicidas que pueden utilizarse en los cultivos hidropónicos”. Por lo tanto, “fortalecería la sostenibilidad a largo plazo de la agricultura intensiva en la región, lo que mejoraría la reputación de la provincia como un referente en innovación agrícola”.
Otro aspecto muy destacado en el beneficio de su aplicación es la “valorización de subproductos agrícolas”, referido a la recuperación “in situ” de nutrientes presentes en efluentes hidropónicos mediante el cultivo de microalgas. Estas son “productoras de compuestos bioactivos de alto valor para los sectores agrícola, cosmético, nutracéutico y farmacéutico”, lo que “abre nuevas oportunidades en el sector”. A través de modelos colaborativos y asociaciones con empresas especializadas, “los agricultores almerienses podrían beneficiarse de la valorización de estos subproductos agrícolas”, un enfoque que “les permitiría diversificar sus fuentes de ingresos sin asumir individualmente los complejos procesos tecnológicos requeridos”. En resumen, “la implementación de esta investigación podría transformar la forma en la que se gestionan los recursos hídricos en los cultivos hidropónicos, promoviendo una agricultura más respetuosa con el medio ambiente y creando nuevas oportunidades económicas para los agricultores”.