Abiertos al público y dirigidos por el alumnado más destacado durante las numerosas sesiones prácticas de la semana, tienen lugar en el Museo de Almería bajo la supervisión de los maestros internacionales que han compartido su experiencia: “Todo director debe ser él mismo; su personalidad debe ser genuina para que sus músicos confíen en él”
Hasta una docena de sesiones prácticas, que principalmente marcan la diferencia de este Curso de Verano de la Universidad de Almería. Esas son las que ha contabilizado el Taller de dirección de orquesta, banda y ópera antes de entrar en la fase definitiva de ensayos y en la recta final de conciertos, tres en total, de orquesta, de ensemble de vientos y de grupo de cuerda con soprano. Se mantiene así fiel a su idea inicial desde hace casi una década, siendo un claro ejemplo de lo que debe ser realmente un taller. El formato, pero también el contenido del que se dota y los docentes con los que se nutre, son las claves de su éxito, junto al enorme interés del alumnado internacional que se matricula edición tras edición, que sabe aprovechar la oportunidad.
El Museo de Almería pondrá el escenario y serán dirigidos por los alumnos que más han destacado durante los pasados días, muy intensos y cargados de enseñanzas a cargo de maestros internacionales. Juan José Navarro y José Miguel Rodilla, los habituales, y Rubén Silva y Bradley Paul Ethington, los invitados este año, han impartido su docencia teórica como introducción y después se han centrado en trasladar sus propias experiencias profesionales y vitales vinculadas con la música. De hecho, así justo lo ha explicado el último, el norteamericano Bradley Ethington, profesor de Dirección de la Universidad de Syracuse: “He compartido mi pasión por la música y la dirección, y así he intentado ayudar a estos directores en todo lo que deseen para ser mejores y más efectivos”.
Su finalidad, “que apliquen todo esto a sus conjuntos, desde los aspectos técnicos de la dirección hasta el repertorio en sí, pasando por cómo interactuamos con los músicos, cómo dirigimos, cómo respondemos y cómo nos comunicamos con ellos, estos maravillosos músicos con los que trabajamos”. De inicio, sin mediar ni una sola palabra con el grupo de alumnos, Ethington ha utilizado gestos y movimientos para conectar con ellos, quienes le han seguido y han soltado así cuerpo y mente para iniciar el aprendizaje. Feliz de su participación, el norteamericano ha destacado que esta formación es “una excelente combinación de cuestiones teóricas sobre la dirección, por un lado, y el ensayo de conjuntos y la interpretación, por otro, así como la elección del repertorio para esos conjuntos y los aspectos prácticos de estar en el podio y dirigir este grupo”.


Tiene la licenciatura en Educación Musical y Bioquímica por la Escuela de Honor de la Universidad Estatal de Michigan, así como la maestría en Música por la Baylor Universidad, y es doctor en Artes Musicales en Dirección de Orquesta por la Universidad de Texas. En Syracuse dirige la banda sinfónica de la universidad y coordina el programa de posgrado en Dirección de Instrumentos de Viento, así que ha sido el encargado de supervisar los ensayos para el concierto del ensemble de vientos Diesis, que tendrá lugar este viernes a las 12.00 horas. Antes, el jueves a las 19.30 horas, se tiene programado el concierto de la orquesta Diesis, supervisado por Rubén Silva, y después, el viernes a las 19.30 horas, el concierto de grupo de cuerdas y soprano, con José Miguel Rodilla.
En los tres el protagonismo lo tendrán otros tantos alumnos, que al inicio del curso fueron advertidos de que se realizaría, por parte del cuerpo docente, una selección de los más destacados, teniendo como recompensa dirigir estos conciertos. Entre las cualidades que se han tenido presentes, Bradley Ethington ha enumerado lo que para él es más importante: “Todo director, especialmente los jóvenes, debe ser él mismo; su personalidad y su personalidad musical deben ser genuinas para que sus músicos confíen en él; a eso se suma que debe aprender todo lo posible sobre historia de la música, teoría musical, repertorio y dirección, dirección física y estudio de partituras, para que, cuando suba al podio a dirigir, sea la persona con mayor conocimiento sobre esta música en la sala y pueda transmitir esa información a los músicos”.
Como miembro electo de la Asociación Estadounidense de Directores de Banda y como expresidente de la Big East Asociación de Directores de Bandas de Conferencias, también fue el primer estadounidense en dirigir a la Orquesta Harmonie en el Conservatorio de Estrasburgo. Este bagaje le hace conocedor de lo que llama “conexiones”, que considera fundamentales, entre bandas y público y entre países: “En ambos -EEUU y España- tenemos bandas escolares, universitarias, comunitarias y, por supuesto, profesionales y militares, así que todas estas bandas, en distintos niveles, interactúan, y todos los músicos aprenden muchas de las mismas cosas, y pasan por el mismo sistema”. Las dos palabras que ha utilizado para definirlo es “muy saludable”, razonando al respecto que “tanto en España como en Estados Unidos tenemos diferentes tipos de conjuntos, bandas muy activas que ofrecen oportunidades musicales a todos, desde niños y jóvenes hasta profesionales, lo que es muy saludable y se aplica en toda Europa, América y Asia”.
La formación del director es clave, puesto que en sus capacidades está todo: “Cada banda, cada conjunto musical, responderá de forma diferente a cada director, así que si es muy competente y fluido, y transmite la esencia y el espíritu de la música correctamente, la banda responderá y tocará con ese nivel de calidad para ese director”. Es defensor de la nueva música para conjunto de vientos, y el Syracuse University Wind Ensemble ha participado en numerosos encargos de nuevas obras bajo su dirección, como muestra de su apertura al avance y al conocimiento. De hecho, ha publicado artículos en las revistas de la Asociación Nacional de Directores de Banda Universitaria y la Asociación Mundial de Orquestas Sinfónicas, Bandas y Conjuntos sobre la música de viento de W. A. Mozart y Charles Ives, y actualmente forma parte del consejo editorial de la revista WASBE, tras haber sido colaborador habitual de la exitosa serie educativa ‘Enseñanza de música a través de la interpretación en banda’.