El mejor guitarrista flamenco vivo y su hijo José del Tomate lideran la mejor de todas las ediciones de este curso de verano de la Universidad de Almería. Participantes y organización destacan la calidad de las enseñanzas impartidas durante estos tres días
Le ha sentado más que bien cumplir su primera década a la ‘Sonanta’ de José Fernández, Tomatito, y su hijo José del Tomate. Este curso de verano de la Universidad de Almería, uno de los más demandados y de mayor atractivo, ha celebrado su décimo aniversario por todo lo alto, alcanzando su mayor nivel de excelencia.
A las figuras de Tomatito y José del Tomate, se han sumado esta edición el talento del cantaor Kiki Cortiñas, dos palmeros y, hoy, en su última jornada, la bailaora Anabel Alonso. Un elenco artístico que no sólo ha deleitado a los estudiantes con su buen hacer, sino que ha contribuido a que sean mejores guitarristas.
Ya lo decía José Fernández, Tomatito, en la inauguración del curso: este ha llegado con numerosas sorpresas y ninguna ha defraudo. Al ya más que atractivo reclamo de poder compartir durante tres días la experiencia del guitarrista almeriense y su hijo, se ha sumado la posibilidad de ampliar conocimientos aprendiendo a tocar para cantar y para bailar. “Tocar para bailar te enseña el ritmo y tocar para cantar es la tolerancia del guitarrista a aguantar lo que puede hacer el cantaor y aprender a cantar con la guitarra. Para ser solista esto es muy importante”.
Como en ediciones anteriores, el guitarrista almeriense se lo ha pasado muy bien. “Estoy loco con todos los alumnos. Es muy bonito verlos con tanta educación, respeto y admiración. Han venido nuevos, pero han repetido muchos. También han venido más mujeres, con mucho talento”.
Decía Tomatito también en la presentación del curso que nunca imaginó llegar a diez ediciones de Sonanta porque él era aprendiz, no maestro. Pero este curso de verano le ha despertado al maestro que lleva dentro y asegura que está dispuesto a más ediciones, hasta el punto de que, dice entre risas, si no lo organiza la UAL, “lo haré yo mismo”.
El curso se ha convertido en una gran familia, en un encuentro anual entre amantes de la guitarra flamenca. “El 65 por ciento de los participantes van por su tercera edición. Se nota el conocimiento que tienen ya acumulado de años anteriores. Esto permite que en esta edición practiquen cosas que no podían hacer la anterior. Se ha creado con este curso tanta expectación que los estudiantes se apuntan nada más salir las matrículas”.



La directora destaca que “el curso lleva un crecimiento imparable, crece por su propia inercia. No podemos ir marcha atrás. Hemos llegado a un punto que es la guinda del pastel. Tomatito y todos estamos contentos porque ha funcionado a la perfección”.
Además, ha explicado que “la décima edición no ha sido sólo un lujo, sino que ha sido una auténtica joya. Los alumnos están encantados porque han tenido más recursos al contar con dos palmeros y un cantaor que les permite repetir los palos cuando lo necesitan. El primer día se dedicó a la guitarra en concierto, ayer a la guitarra de acompañamiento al cante y hoy han practicado y después han aprendido a tocar para bailar con Anabel Alonso. Ha sido un placer poder contar con su talento y enseñanzas”.
Este año, además, se ha hecho más patente la presencia de mujeres, que llegan ya como guitarristas en la mayoría de los casos y no sólo como oyentes. “Entre ellas, esta edición ha repetido una alumna italiana, que ha venido a entregarle a Tomatito la tesis doctoral que ha realizado sobre él. Tomatito se ha quedado impresionado al ver la tesis y cómo ha pasado al pentagrama sus falsetas, que no estaban escritas en ningún sitio”.
Sonanta llegó como una revolución en el programa estival formativo de la Universidad de Almería hace una década y, lejos de estancarse, ha llegado a un punto en el que sólo puede ir a más.