La Facultad de Psicología entrega su Premio de la Feria de las Ideas al proyecto ‘Gafas emocionales’

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Dotado con 250 euros el premio pretende ayudar a lanzar este proyecto con el que se quiere ayudar a las personas con autismo a detectar las emociones.

Los autores del proyecto ‘Gafas emocionales’, José Antonio Rodríguez y Loredana María Trifan, han recibido este viernes el Premio Facultad de Psicología a la Iniciativa Emprendedora de la XIII Feria de las Ideas, consistente en una dotación metálica de 250 euros y proceso de mentorización.

Se trata del diseño de unas gafas destinadas a todas aquellas personas con dificultades a la hora de reconocer expresiones faciales y emociones, como los diagnosticados por autismo, entre otros.

Carlos Cano, director de Secretariado de Proyectos e Iniciativas Emprendedoras de la UAL, ha explicado que la entrega se pospuso debido a que empezaron los exámenes. «Es un placer realizar esta entrega por la gran cantidad de premios que se impartieron en la Feria de las Ideas tanto por parte de facultades y vicerrectorados, etc. para impulsar el emprendimiento en la Universidad de Almería, como también de muchas entidades y empresas que sirve para eso, para incentivar el espíritu emprendedor y para apoyar y dar ánimos y recursos a chavales y personas de cualquier edad que participan en la Feria de las Ideas para que desarrollen sus sueños y los conviertan en realidad, si así lo deciden».

La decana de la Facultad de Psicología, Encarna Carmona, ha explicado el motivo por el que decidieron otorgar su premio a esta iniciativa. «Se presentaron dos proyectos muy interesantes y la Comisión de Extensión de la Facultad, que es la que tiene competencias en este asunto, valoró ambos proyectos y decidió conceder este premio con una cuantía de 250 euros al proyecto ‘Gafas emocionales’ por la originalidad, por la viabilidad del proyecto, y sobre todo porque creo que reúne un interés que la propia Facultad de Psicología tiene en poner énfasis no solamente en aspectos de la psicología tradicional o el trabajo social, sino también en aspectos de tipo transversal. Y, por ejemplo, la intervención en emociones en trastornos que pueden tener una afectación emocional es uno de los temas de interés de esta facultad».

Estas gafas estarían compuestas por un sensor delantero capaz de detectar qué emoción tiene la persona que tiene enfrente. Así, en función de la emoción, la iluminación y el tono de color del cristal cambiaría a través de un diseño de LCD capaz de realizar esta función. Ahora, la persona X, en lugar de responder de manera inadecuada porque no era capaz de detectar que la persona de enfrente estaba furiosa, ahora puede hacerlo y adaptar su comportamiento a lo que le requiere su contexto.

De esta manera, el colectivo de personas que lo necesite podría ya no solo detectar las emociones de los demás sin problema, sino también aprender qué claves le siguen a cada rasgo emocional y, por tanto, los efectos de aprendizaje a largo plazo podrían ser verdaderamente prometedores.

José Antonio Rodríguez, licenciado en Psicología, ha indicado en qué fase se encuentra el proyecto. «Ahora mismo está en fase de idea. Estamos buscando contactos, asociaciones que se puedan unir y viendo la viabilidad del mismo ya que la tecnología sí sabemos que existe, pero es un diseño que requeriría de ciertos aspectos de ingeniería que desconocemos y que tenemos que incluir en el equipo para poder hacerlo real».

Por su parte, Loredana María Trifan. ha explicado por qué decidieron presentar una idea que ayude al colectivo de personas con autismo. «Hemos decidido pensar en este grupo de personas porque no se les dedica tanta atención al no generar beneficios para la empresa privada. Nosotros con esta idea hemos pensado que deberíamos acudir sobre todo a asociaciones sin ánimo de lucro y también otras».

En cuanto al papel que como estudiante de Derecho juega en el desarrollo de esta idea, ha señalado que tiene que ver con la controversia que puede generar usar la imagen de las personas. «Creo que podemos encontrarnos con un problema, un desafío realmente, que puede tener solución. Y es que el sensor de reconocimiento facial que vamos a tener que utilizar tiene que captar la imagen de las personas y puede que eso genere problemas porque es muy difícil hoy en día utilizar la imagen o sensores para detectar movimientos de las personas. Deberíamos estar replanteándolo y hablándolo con un equipo legal que sepa del tema».