Llega a término el seminario de la Universidad de Almería que la pone como ‘nuevo paradigma de desarrollo sostenible’ con la exposición de la ‘Estrategia Andaluza de Bioeconomía”, un “documento vivo” para el que la aportación de los especialistas de la UAL “ha sido fundamental”.
Desde el mismo momento de su inauguración, cuando el rector Carmelo Rodríguez recordó que “no es cuestión de dirección sino de tiempo”, se ha realizado una amplia serie de aportaciones que así lo han venido a confirmar. El cierre de este curso de verano se ha reservado al documento de referencia en Andalucía, pionero en el contexto español, expuesto por Judit Anda, consejera técnica de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía: “La bioeconomía no es una moda y debemos hacer que esta tecnología se transfiera, que sea rentable, y buscamos las políticas adecuadas en cada caso”. Así, “la ‘Estrategia Andaluza de Bioeconomía Horizonte 2030’ ofrece una visión multidisciplinar, porque esta materia es una tarea de todas las disciplinas y de todos los profesionales”. Uno de sus claves es “la capacidad de crear equipos de trabajo multidisciplinares de futuro, que piensen en otra manera de hacer las cosas”.
Para su elaboración se ha contado con la provincia de Almería, y más en concreto de una UAL a la que Anda ha elogiado: “Considero que es muy importante el trabajo que hace, y sobre todo cómo está enfocada en los temas más innovadores, y en relación a la Estrategia, han participado medio centenar de expertos de la provincia, tanto de la universidad como del sector productivo, que han sido una parte esencial dada la visión que tiene Almería de futuro, de innovación, lo que era fundamental incorporar”. La consejera técnica ha recordado que “en esta provincia se están dando pasos y hay ejemplos de empresas que están adoptando nuevas formas de trabajar a través de la biotecnología, la utilización de recursos, el aprovechamiento integral…”. Tan es así que es un aspecto clave “poner en valor estos casos de éxito que animen a los que apuestan menos por la innovación”.
Resulta prioritario realizar una buena comunicación: “Cuando hablamos de bioeconomía estamos hablando de una nueva forma de producir en la que innovación tiene un papel esencial, entonces si hablamos de innovación tenemos que hablar de profesionales, de personas preparadas y sobre todo de mucha comunicación, porque ahora mismo este concepto es difuso”. De ahí que se haya mostrado encantada con que se organice un curso de verano de la UAL dedicado a ella y que se ha acabado precisamente con el documento ‘Estrategia Andaluza de Bioeconomía’: “Una serie de acciones que nos permitan centrar los esfuerzos en aquellas materias en las que vemos que tenemos en Andalucía grandes potencias, debemos reforzar algunas políticas, y conectar mucho más con el mundo científico y con las capacidades industriales”.
Se presenta como “un documento vivo”, del que precisamente este lunes terminó su tramitación pública, que será actualizado anualmente a través de una Comisión de Revisión y Seguimiento “para ser capaces de integrar todos los aspectos”, y además se establece “la necesidad y creación de un Observatorio de Bioeconomía de Andalucía que nos posicione en Europa, con unas ideas y proyectos internacionales, y que se tenga esa visión de espacio internacional que es fundamental en todos los temas de innovación y futuro”. La sensibilización se encaminará hacia los nuevos profesionales, “qué pueden hacer por la bioeconomía”, y el público general, “lo importante que es el consumo de productos de bioeconomía”. Se está realizando un “esfuerzo de integración en distintos ámbitos de trabajo y que afecta a especialistas en química, en agronomía, en ciencias biológicas…”.
Por último, Judit Anda ha remarcado que se está siendo pioneros con esta Estrategia Andaluza, por la que se apuesta por distintos motivos: “Creemos que tenemos grandes potencialidades en el desarrollo de este tipo de economía, estamos haciendo muchas cosas referentes a esta materia, en obtener bioproductos y bioenergía, y aprovechar mejor los recursos, y creemos que puede hacer una economía mucho más sostenible, más rentable, y abordar un camino ahora mismo incipiente de obtener bioproductos y materias primas que van a ser la base de la economía del futuro”. Para esos fines se hace obligado “establecer los mecanismos necesarios para que dentro de 10 años no se hable de que se está dentro de otro modelo de negocio; en el caso del sector agrario, aspectos que ahora son un problema, que pasen a ser una oportunidad, algo que ahora mismo es desecho, que se convierta en un producto que se integre en el valor de la cadena comercial”.