El Centro de Documentación Europeo de la UAL entrevista al director del STIC para conocer cómo las TICs han contribuido y siguen contribuyendo a la continuidad de la actividad a pesar de la crisis de la COVID19.
En el número 51 de octubre de la revista CDEUAL editada por el Centro de Documentación Europeo se incluye, entre otros contenidos, la entrevista al director del STIC, Diego Pérez Martínez, donde se puede ver en qué modo el STIC contribuyó a que la UAL pudiera seguir desarrollando sus actividades de docencia, investigación y gestión.
El Servicio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (STIC) desarrolló un plan de contingencia a mediados de febrero que permitió, a diferencia de lo ocurrido en otras universidades españolas, que la UAL pudiera enfrentarse a las nuevas necesidades que surgieron un mes más tarde. ¿Cuáles fueron las principales líneas de actuación en las semanas previas al 15 de marzo?
Durante la segunda mitad de febrero observábamos lo que estaba sucediendo en el norte de Italia y contemplábamos como una de las primeras medidas que se adoptaron el cierre de las universidades en Lombardía y Veneto, las regiones más afectadas. Si estaba sucediendo allí, y dada la enorme movilidad que existe entre todos los países europeos, el razonamiento lógico era que antes o después también nosotros nos tendríamos que enfrentar al virus. Comenzamos a trabajar con la hipótesis de que en unas semanas nos veríamos avocados al cierre de la UAL, y con un objetivo claro: que la actividad en nuestra Universidad continuara con la mayor normalidad posible. Las principales líneas de actuación previas al 15 de marzo fueron:
– Reforzar la infraestructura que soporta nuestra plataforma de enseñanza virtual, dado que esta iba a pasar de ser una simple herramienta de apoyo a la docencia presencial, a convertirse en la clave de bóveda de toda la docencia, ahora online.
– La puesta en marcha de nuevos sistemas como redes privadas virtuales, sistemas de acceso remoto a equipos, etc. que permitieran que los trabajadores, especialmente el PAS que necesita acceso a las aplicaciones de gestión, pudiera continuar con su trabajo desde casa.
– La preparación de ordenadores portátiles de préstamo para los funcionarios que los necesitaran.
– La realización de simulacros con algunos servicios administrativos (Recursos humanos, Contratación, Gestión Económica) para testear y afinar los procedimientos y herramientas de trabajo. En pocas semanas y en una situación insólita hasta ahora, hubo de adaptarse el funcionamiento de una institución, en la que gran parte de su actividad se realizaba de forma presencial.
¿Cómo vivió el personal de su Servicio estos momentos iniciales del estado de alarma?
Los trabajadores del STIC son ciudadanos y como tales se enfrentaban a una situación nueva y llena de incertidumbres. A nivel personal supongo que cada persona lo vivió de forma distinta. Pero en cualquier caso había que sobreponerse porque el reto que teníamos frente a nosotros era ingente. Ya desde antes del 15 de marzo el personal del STIC trabajó sin pausa y sin pensar si eran las 10 de la mañana, las
11 de la noche, martes o domingo. Todo el mundo trabajó teniendo claro que había que hacer cualquier cosa para que la actividad en la UAL no parara. Una parada de la actividad de la Universidad de Almería, además de las repercusiones evidentes, tiene otras muchas. Por citar un ejemplo: si los sistemas informáticos de la UAL no hubieran
permitido la recepción de facturas, o si los funcionarios no hubieran podido tramitarlas desde casa, el sector productivo de Almería hubiera sufrido un grave perjuicio económico precisamente en un periodo delicado.
Por lo que respecta al teletrabajo, no es algo nuevo para el STIC dado que desde hace unos diez años una decena de técnicos del STIC teletrabajan de manera habitual. Esta experiencia nos sirvió para extender el uso de procedimientos de trabajo y herramientas que habían sido testados a lo largo de años al resto de miembros del STIC y de trabajadores, especialmente del sector de Administración y Servicios.
¿Cuáles han sido los servicios más afectados durante estos meses de confinamiento y cómo se actuó desde el STIC ante esta situación sobrevenida?
El catálogo del STIC ronda los cien servicios, y entre ellos podemos encontrar servicios de todo tipo:
Los servicios que son puramente telemáticos no se vieron afectados de ninguna manera, con la excepción anteriormente comentada de la plataforma de enseñanza virtual que tuvo que ser reforzada. Campus virtual, las aplicaciones de gestión, la web, la plataforma de administración electrónica, etc. funcionaron con normalidad.
En el otro extremo nos encontramos con algunos servicios que directamente tuvieron que ser cancelados por motivos obvios, como por ejemplo el préstamo de ordenadores portátiles a estudiantes en biblioteca, ya que ni había estudiantes en el Campus ni hubiera sido posible garantizar unas medidas adecuadas de seguridad sanitaria.
Quizá lo más interesante es que ha habido servicios que han evolucionado para adaptarse a la nueva situación. Sirva como ejemplo la asistencia audiovisual a actos (seminarios, conferencias, etc.). Hubo que buscar herramientas de videoconferencia para poder celebrar esos actos pero de manera online. De igual manera, las aulas de informática han evolucionado y ahora se han convertido en aulas de informática presenciales y on-line, a las que es posible acceder desde casa. En el informe presentado ante la comunidad universitaria ‘El papel de las TIC en la UAL durante la crisis del coronavirus’, realizado por el Vicerrectorado de Transformación Digital, incluyen conclusiones de esta experiencia que nos permitirían anticiparnos a situaciones similares a la vivida en un futuro cercano.
¿Cuáles serían algunas de las principales “lecciones aprendidas” de este período?
Quizá la principal lección es “que la pandemia te pille preparado”. Me refiero a infraestructuras TIC. La UAL ha realizado durante los últimos años fuertes inversiones en redes de comunicaciones, servidores, software, etc. que es lo que nos ha permitido cambiar los procedimientos de trabajo y soportar los incrementos de carga de algunos sistemas. Si en el mes de marzo nos hubiéramos encontrado con infraestructuras antiguas, todo hubiera sido mucho más complicado y no se si hubiéramos conseguido que el lunes 16 de marzo la UAL estuviera operativa. Otra lección importante es que debemos estar preparados en el futuro para cualquier escenario y para ello es importante la movilidad: fomentar el teletrabajo, puesta en marcha de aulas de informática virtuales, fomento de la plataforma de enseñanza virtual y formación a los trabajadores (PDI y PAS).
En el ámbito de la Salud Pública se debate en estos momentos cómo nos estamos preparando ante una eventual segunda oleada en esta crisis sanitaria. ¿Cómo se está actuando desde el STIC en este inicio de curso?
Durante los meses de marzo a julio estuvimos trabajando en un escenario de teletrabajo y docencia on-line, y preparamos todos nuestros procedimientos de, sistemas, etc. para ello. Esperemos que no se vuelva a repetir este escenario, pero si así fuera creo que, en lo que respecta al STIC, lo podríamos afrontar sin problemas. Ahora sin embargo nos encontramos en un nuevo escenario, el de la semipresencialidad, que nos plantea nuevos retos sobre los que trabajamos en este momento. Por citar un ejemplo, en el mes de septiembre se dotaron 200 aulas de medios audiovisuales (tableta digitalizadora y webcam + micro) para permitir que las clases se puedan impartir con parte de los alumnos en el aula y simultáneamente la otra parte en casa.