Los vicerrectorados de Igualdad, Inclusión y Compromiso Social y de Estudiantes, junto a la Secretaría General y a la Defensoría Universitaria, forman a la comunidad universitaria dotándola de herramientas esenciales para la resolución de conflictos y leen públicamente en el pasillo central del campus un texto basado en uno común elaborado por CRUE.

El 16 de mayo es el Día Internacional de la Convivencia en Paz, una efeméride que no ha pasado desapercibida para la Universidad de Almería. Tan es así que la ha celebrado dándole mucho contenido práctico y expresando su compromiso con la eliminación de toda forma de discriminación e intolerancia. En concreto, ha realizado un taller, abierto a toda su comunidad universitaria y desarrollado en la Sala Bioclimática, y ha leído en el escudo del pasillo central del campus un manifiesto propio, si bien basado en el común de las universidades españolas. Todo ha sido acorde a la declaración de esta fecha por parte de la Asamblea General de la ONU, lo que tuvo lugar en 2018.

Esta doble actividad ha sido organizada conjuntamente por dos de sus vicerrectorados, el de Estudiantes y el de Igualdad, Inclusión y Compromiso Social, con la estrecha colaboración de la Secretaría General y de la Defensoría de la UAL. La secretaria general, Isabel Ortiz, ha inaugurado la propuesta, lanzada a todos los colectivos universitarios, estudiantes, PDI y PTGAS, obteniendo una importante respuesta por parte de todos. En la primera parte, la del taller práctico, han intervenido tres ponentes: Bernardo Claros, Defensor Universitario en su primera acción pública desde que ostenta el puesto, Diana Jiménez, Defensora Adjunta, y Roberto Álvarez, presidente de la Comisión de Convivencia de la UAL.

Inmaculada López, directora de la Unidad de Igualdad, ha contextualizado la acción explicando que “desde la UAL reafirmamos nuestro compromiso con la promoción de la paz, la igualdad y el respeto mutuo”, añadiendo que “creemos firmemente que la paz no es solo la ausencia de conflicto, sino también la presencia de justicia y comprensión”, textualmente. Así, “en este marco del Día Internacional de la Convivencia en Paz hemos organizado el taller ‘Herramientas para la Resolución de Conflictos’”, abundando al respecto que “su objetivo es proporcionar las herramientas y habilidades necesarias para gestionar y resolver disputas de manera efectiva, fortaleciendo así los lazos de convivencia pacífica dentro de nuestra comunidad”.

Bernardo Claros se ha adentrado un poco más en la descripción de “un taller muy práctico de herramientas muy sencillas, que pretende, por un lado, facilitar la resolución de conflictos, sabiendo que este es inevitable. Somos conscientes de que vivir ya supone un conflicto y de lo que se trata es de tener unas herramientas básicas para minimizar los efectos del mismo, es decir, que no cause un daño irreparable tanto a nivel personal como en la comunidad que nos rodea. Por otro lado, se necesita abordar el conflicto desde un enfoque con el que también se señalen aspectos positivos”. En ese sentido, ha enfatizado en que “el conflicto nos permite avanzar, nos permite ser más conscientes de nosotros”.

El Defensor Universitario ha desvelado la intención de “dar esa visión del conflicto como algo necesario, no podemos evitarlo, pero también como algo que se puede enfrentar, que se puede solucionar y que, además, nos permite avanzar y ese es el objetivo del taller, que tan buena respuesta ha obtenido”. Y es que ha habido participación de “profesores, estudiantes y personal de administración y servicios”, porque “el conflicto nos alcanza a todos en nuestro ámbito de trabajo, en nuestra vida personal”. Una vez finalizado, se ha desplazado la actividad hasta el corazón del campus, en donde se ha realizado la lectura del manifiesto a cargo de Isabel Ortiz, Inmaculada López y Diana Jiménez con la participación desde tres estudiantes, Noelia Usero, Raquel López y Andrés Soler.

Claros ha recordado que el Día Internacional por la Convivencia en Paz “fue declarado por la ONU en el año 2018 y se celebra en todas las universidades porque está muy centrado también en el ámbito académico”, explicando que “como herramienta básica que es la educación para el tema de la paz, todas las universidades han entrado en esta celebración del 16 de mayo”. La UAL ha ajustado su texto sobre el común de la CRUE, siendo dos sus claves: “Una, fundamentalmente para el avance de la ciencia, de la cultura, del conocimiento, en general de la actividad universitaria, la paz es una condición necesaria, y dos, que desde el ámbito de la educación pedimos a gobiernos y a todos los agentes sociales implicados que se creen las condiciones para una convivencia pacífica”.

Hay ejemplos cercanos por lo que marca la actualidad, “podemos pensar en Palestina o podemos pensar en Ucrania”, pero no se puede olvidar que “hay muchos más conflictos alrededor del mundo, no solo donde el conflicto ya es emergente, sino también en las zonas de nuestros entornos, en nuestros barrios, en nuestras ciudades, en nuestros entornos de trabajo”. Es por ello que “pedimos a todos los agentes sociales que eso sea una tarea común”. Ya lo establecía la Declaración del Milenio y su resolución 70/1, de 25 de septiembre de 2015, titulada ‘Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible’. En este documento ya se recoge “la importancia de propiciar sociedades pacíficas, justas e inclusivas, que estén libres del temor y la violencia”, así como que “no puede haber desarrollo sostenible sin paz, ni paz sin desarrollo sostenible”.