Yvonne Riaño, de la Universidad de Neuchatel de Suiza ha presentado en la Universidad de Almería su documental ‘Tejiendo entre fronteras’ que muestra la lucha diaria por la supervivencia de mujeres microempresarias en la frontera entre Colombia y Venezuela.
La historia de tres mujeres colombianas retornadas de Venezuela, en el éxodo que se produjo en el año 2015, protagoniza el documental ‘Tejiendo entre fronteras’ presentado este jueves en la Universidad de Almería por una de sus autoras, Yvonne Riaño, de la Universidad de Neuchatel de Suiza, quien lo produjo junto a Gladys Adriana Espinel de la Universidad Francisco de Paula Santander (Cúcuta).
De forma previa a su proyección, ante los estudiantes del Máster en Migraciones, Mediación y Grupos Vulnerables, coordinado por Pablo Pumares, Yvonne Riaño ha realizado una exposición sobre el documental y la situación de violencia que se vive en la frontera entre Colombia y Venezuela.
“El objetivo de este documental es, por un lado, sensibilizar a la comunidad internacional de la problemática que se vive en la frontera, y, por otro, dar voz a estas tres mujeres que se juegan la vida a diario en una zona muy peligrosa con el único fin de ayudar a los demás”. La tensión geopolítica entre Colombia y Venezuela provocó la deportación por parte del gobierno venezolano de 25.000 migrantes colombianos acusados de pertenecer a grupos armados. “Originando en la zona de la frontera situaciones límite para miles de personas deportadas que no encontraron suficiente ayuda en Colombia para volver a instalarse y que luchan por sobrevivir desde entonces. A esto, se suma la migración de venezolanos a Colombia, que también llegan a esta zona de pobreza donde reina el conflicto armado. Lo que provoca una situación de tremenda precariedad”.
El documental refleja la situación de la población migrante colombiana que busca encontrar un medio de vida en mitad de la violencia de Estado, pobreza, etc. Y muestra cómo en particular tres mujeres han creado lazos transfronterizos, a pesar de la situación de riesgo que existe por la presencia de grupos armados y de la prohibición del gobierno venezolano, que tuvo la frontera cerrada desde 2015 hasta el año pasado. “Estas poblaciones han vivido del comercio transfronterizo desde antes de que empezaran las tensiones geopolíticas. Ellos viven de este comercio y lo siguen haciendo y las mujeres siguen transportando bienes, medicinas, alimentos…También compran alimentos para sus familias. Se mueven de un lado a otro”.
El documental muestra la lucha de estas tres mujeres (Dayana, Zaray, Teresa) que utilizan tres estrategias diferentes para sobrevivir en esta zona. “Una de las mujeres protagonistas asegura que tras haber vivido tanta violencia quiere dar amor a los demás y no quiere que nadie sufra. Para ello, ha creado una ONG en la zona de frontera, en la parte colombiana, para acoger a víctimas de frontera, sean mujeres que hayan sido violadas en la frontera, desplazadas o atacadas por grupos armados. También ayuda a ancianos y niños. Es un emprendimiento de tipo social”.
Otra estrategia es la desarrollada por una mujer que, como para muchos, ha encontrado en el contrabando la única manera de sobrevivir en esta zona de frontera. “Lo llaman contrabando, pero en realidad esta frontera ha estado cerrada siete años y es la única manera de llevar bienes de Colombia a Venezuela (donde no hubo alimentación durante mucho tiempo). Ella tiene un pequeño negocio por el cual transporta medicinas y alimentos de Colombia a Venezuela”.
La tercera estrategia es la de una mujer costurera, que tenía su negocio en Venezuela como costurera y un pequeño almacén de ropa muy exitoso. “Lo perdió todo con la deportación y ahora sigue cosiendo en Colombia y llevando a Venezuela lo poco que puede transportar con su propio cuerpo·.
Todas estas estrategias” conllevan mucho peligro porque es una zona controlada por grupos armados y paramilitares que cobran a los pasantes una tarifa cada uno y si no pagan peligra sus vidas o la integridad de las mujeres que pueden ser violadas”.
El documental busca crear sensibilidad respecto a la problemática especial que se vive en esta zona, “que no ha recibido atención de parte de ninguna institución. Desafortunadamente, a nivel internacional éxodo de Venezuela se vivió con mucha tensión de urgencia, pero para esos problemas que no constituyen una urgencia cotidiana, sino que llevan años sucediéndose y son dramáticos, no ha habido ninguna atención. El documental busca dar voz a esas mujeres y crear conciencia entre la comunidad nacional e internacional sobre la difícil situación que enfrentan cada día y sobre la violación de Derechos Humanos”.
La condena de la acción ilegal del gobierno venezolano deportando a 25.000 personas en 2015 se denunció y tiene una demanda en el Tribunal de La Haya. “Se depositó hace siete años y la única respuesta recibida hasta el momento es que van a tratar la demanda”, se lamenta Yvonne Riaño.