Las asociaciones Sapere Aude y Colombine, junto al Vicerrectorado de Estudiantes, Igualdad e Inclusión, realizan una jornada con ‘Una mirada humanista’ en la que Santiago Moreno y ‘Chapa’ desvelan la necesidad de investigaciones con un corte multidisciplinar, siendo la Universidad de Almería la primera fuera de Cádiz en “empezar a dignificarlo”.
Dos especialistas muy relevantes en el conocimiento del Carnaval de Cádiz han protagonizado una primera jornada específica dedicada a esta manifestación cultural cargada de saberes académicos y no académicos. El interés en conocerlo más en profundidad y en promocionar su estudio detallado a través de investigaciones científicas se ha visto canalizado a través de la Asociación Juvenil y Cultural de Historia ‘Sapere Aude’ organizadora de una primera jornada, nacida con vocación de continuar en sucesivos cursos, en colaboración con la Asociación Universitaria de Lenguas y Literaturas ‘Colombine’ y con el Vicerrectorado de Estudiantes, Igualdad e Inclusión de la Universidad de Almería.
Su título ha sido ‘Carnaval de Cádiz: una mirada humanista’. Durante toda la mañana de este viernes se ha desarrollado con alta participación en la Sala de Grados del Edificio de Ciencias de la Salud, que se ha convertido por un día en el Falla y en las calles de la ‘tacita de plata’, si bien lo expuesto es extrapolable a Almería y a muchos lugares más de la geografía española en los que este carnaval tiene una clara influencia. Contando con el apoyo de la Facultad de Humanidades, se ha visto cumplido el propósito de ofrecer al estudiantado una oportunidad de acceso a nuevas líneas de investigación en relación con los estudios locales. La primera conferencia-taller ha sido ‘Las coplas del Carnaval de Cádiz como fuente para la historia’, impartida por Santiago Moreno Tello, historiador e integrante del Grupo de Investigación ‘Estudios Históricos Esteban Boutelou’ de la Universidad de Cádiz, La segunda la ha impartido Miguel Ángel García Argüez y se ha titulado ‘El Carnaval de Cádiz: literatura híbrida entre lo culto y lo popular’.
Este escritor, novelista, poeta, músico y letrista de agrupaciones, con una trayectoria cargada de éxitos y premios, se ha mostrado agradecido de que la Universidad de Almería se sume a “una vieja reivindicación” como la de considerar a este Carnaval de Cádiz como “un patrimonio y objeto de estudio de la academia”, añadiendo que realmente es “un objeto de estudio de primera magnitud”. Lo que ha sucedido hasta ahora ha sido que “aparte de su interés historiográfico, el resto de las ramas de los saberes académicos han ignorado el carnaval porque era como una especie de subproducto cultural que no era digno de ser estudiado, como ha ocurrido con el flamenco durante tantos años”. Es algo que está cambiando “y qué bien que además sea una universidad de fuera de Cádiz la que empiece a tener este tipo de inquietudes y empiece a dignificar el carnaval como objeto de estudio; hay que celebrarlo, claro”.
‘Chapa’, que así es conocido en el universo carnavalero, ha realizado esta aseveración textual siendo consciente de la influencia que el de Cádiz tiene en el de Almería y en otros muchos más: “Eso es muy interesante y a la vez muy asombroso, cómo la fórmula de la copla de carnaval, el formato de la copla de Cádiz, con influencias musicales diversas que tienen que ver con el diálogo trasatlántico con América, o a su vez africana, por el comercio de esclavos, sea la fórmula que más apasiona al público en Andalucía y fuera”.
Algo muy positivo destacado por Miguel Ángel García ha sido que “se nota en cualquier sesión del Falla, cuando se va al concurso, que en el público hay claramente pujanza juvenil, es decir, la pasión que arrastra las coplas acaba refractando en la propia juventud, que es una gente que vive con mucha pasión el carnaval, sobre todo el concurso y la competición, y es gente muy activa en las redes sociales”. Esto es “un elemento absolutamente imprescindible a la hora de entender cómo se va extendiendo la pasión por las coplas, por un corte generacional, sobre todo gracias a un público básicamente veinteañero, treintañero”.
Por su parte Moreno ha abundado en “ese conjunto de saberes asombrosos que no está de ninguna manera organizado ni categorizado”, felicitándose de “que la academia, con una actitud y unos métodos más rigurosos, comience a sistematizar todos para estudiarlos, para comprender su magnitud y para preservarlos”.