El Departamento de Psicología de la UAL realiza junto a la Asociación AFIM21, y con la ayuda del Vicerrectorado de Estudiantes, una formación titulada ‘Estimulación neurocognitiva, emocional y social a través del juego de mesa’, en la que participan en dos turnos más de cien alumnos preuniversitarios de los centros Argar, Nicolás Salmerón y Alhamilla

Se ha desarrollado en dos jornadas, lunes y viernes de esta semana, y ha obtenido una gran respuesta, puesto que el total de participantes se ha ido a 130. Todo ese alumnado de estudios preuniversitarios ha visitado el campus de la UAL, más en concreto se ha concentrado en la Sala Bioclimática, para ‘aprender jugando’, en una iniciativa que ha lanzado el Departamento de Psicología a través de la profesora Fátima Oropesa, que ha recogido la propuesta de uno de sus estudiantes de primer curso. Se trata de Jaime Toledo, a su vez socio de la Asociación AFIM21, y el marco general de la actividad ha sido la asignatura ‘Aplicaciones de la Psicología del Desarrollo a la Infancia y Atención Temprana’.

Ambos han decidido traer hasta la Universidad de Almería una formación de especial interés para el alumnado de Bachillerato y de la ESO, para lo que se han valido de la convocatoria de UAL Joven, del Vicerrectorado de Estudiantes. Finalmente han participado tres centros educativos, los IES Argar y Nicolás Salmerón el lunes y el Alhamilla este viernes, con los que se ha trabajado mediante la dirección de los expertos de la Asociación AFIM21. De hecho, su presidenta, Nuria Guzmán, se ha encargado de impartir la teoría previa a la acción, al gran bloque de formación práctica con el uso de varios de los más de dos mil juegos de mesa de los que dispone este colectivo, abierto a la participación de cualquier persona interesada.

Como puente entre asociación y universidad, Jaime Toledo ha confesado que “el proyecto de AFIM21 me cautivaba mucho porque hacen una labor preciosa que hace inclusión en todos los ámbitos, tanto con personas con daño cerebral, personas con diagnóstico y sin diagnóstico que tengan algún tipo de patología, personas que no las tienen, personas mayores, jóvenes… todo eso integrado, lo que lleva a una intercomunicación dentro de la sociedad”. Al entrar en el Grado de Psicología, “busqué la forma de relacionar lo que estudiaba con mi pasión, que era la de los juegos de mesa”, ha explicado de modo textual, encontrando la ayuda de Fátima Oropesa, profesora del Área de Psicología Evolutiva y de la Educación, para quien la actividad “está siendo muy satisfactoria”.

En cuanto al número de participantes, “está en el tope que se podía admitir”, y respecto a los objetivos, se han visto cumplidos con creces: “A través del juego de mesa podemos contribuir al desarrollo afectivo, social y cognitivo también, es una formación basada en la diversión, se lo pasan bastante bien, y en general contribuye fundamentalmente a la regulación emocional, al desarrollo de las habilidades sociales, y también al desarrollo del lenguaje”. Esas son las cuestiones que se ha pretendido abordar, acordes con todas las tratadas en la asignatura, además de otras complementarias: “Lo enmarcamos en contenidos que tenían que ver con desarrollo cognitivo y del lenguaje, pero obviamente a través del juego de mesa se trabaja también todo aquello relacionado con las cuestiones emocionales, el saber exponer una idea cuando te comunicas, el ser capaz de controlar tus emociones, aprender a relacionarte…”.

Y es que se han escogido los juegos idóneos para ello, “que necesitan de la cooperación de otros compañeros, o sea, el aprendizaje cooperativo”, según ha manifestado Oropesa, teniendo en cuenta que siempre hay un juego para cada finalidad, según ha matizado Toledo: “Realmente sí son válidos todos, y lo único que necesitas es saber qué quieres trabajar, porque todo juego de mesa trabaja algo”. Ha añadido que “nosotros nos basamos en el moderno, porque el Parchís o la Oca están obsoletos”. A su juicio, “es cuestión de elegir qué quieres desarrollar”, aunque el común denominador es que “un juego de mesa aporta convivencia, conocimiento y habilidades, pero sobre todo aporta autoestima”.

Tanto profesora como estudiante han coincidido en otro objetivo paralelo a esta iniciativa. Fátima Oropesa ha comentado que busca que “el alumnado preuniversitario se acerque a los contenidos relacionados con la Psicología y con la Educación y también pueden ver las salidas profesionales que tiene esta formación”. Jaime Toledo lo ha apoyado: “El objetivo también es que conozcan un poco la carrera, y si a alguno le pica la curiosidad, o a través del juego de mesa conseguimos engancharle a que desarrolle su pasión, que puede ser, por ejemplo, la Psicología, mejor que mejor”. De antemano, “se llevan una muy buena experiencia, un rato de juego, de compartir con sus compañeros, de mejorar la convivencia en el aula, que muchas veces es necesario, y también conocimientos teóricos y prácticos, una visión nueva del juego de mesa, de sus aplicaciones, y quizás alguno en un futuro se desarrolle por ahí”.

Se ha relacionado “la metodología ABJ con los procesos de neuroaprendizaje en las etapas desde la infancia a la adolescencia”, ha enfatizado Oropesa. La profesora lo ha llevado también a otros aspectos: “Por mi parte, es una aplicación al ámbito del tiempo libre, que es un contexto transversal al desarrollo, al igual que el contexto de la familia, al igual que el contexto de la escuela”. Con formato eminentemente participativo, incluso desde las dinámicas iniciales en las que han jugado solo varios de los participantes y se ha involucrado a todos los demás como público activo de las acciones sus compañeros, la jornada ha transcurrido entre diversión a la vez que se han introducido e interiorizado conceptos como el de la convivencia en el aula.