“El trabajo analógico y artesanal desarrolla en los diseñadores una mayor sensibilidad hacia la tipografía”

0
818

Finaliza en Cuevas del Almanzora el Curso de Verano de la UAL sobre ‘Experimentación gráfica a partir de la tipografía’, habiendo aprovechado la oportunidad de estudiar ‘de cerca’ las ediciones de Emilio Sdun utilizando su taller.

Lo experimentado en el municipio cuevano desde el pasado miércoles hasta este viernes se puede entender a la perfección con las palabras de Roberto Gamonal: “Hablábamos de la similitud que tiene con la fotografía analógica, con aquellos fotógrafos que trabajaron con carrete y con revelado con líquidos; ese proceso analógico es muy importante para poder entender cómo hoy en día se puede hacer fotografía digital, y en nuestro caso es bastante parecido, cómo un proceso artesanal de composición tipográfica, como se hacían antiguamente las publicaciones, es un valor añadido para los profesionales del diseño digital”. Tan es así que este ponente, director del Departamento de Periodismo y Nuevos Medios de la Universidad Complutense Madrid, ha ido más lejos: “Vemos que el trabajo analógico y artesanal, desarrolla en los diseñadores una mayor sensibilidad hacia la tipografía”.

Entre charlas teóricas y un sucesión de talleres prácticos ha transcurrido, siento todo un éxito, el curso de verano ‘Experimentación gráfica a partir de la tipografía. Las ediciones de Sdun como caso de estudio’. Ha sido dirigido por Adoración Sánchez, ilustradora y profesora en la UAL, y por Antonio Alcaraz, profesor de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia y profesional reconocido en el ámbito internacional. Su valoración ratifica que “ha sido un éxito absoluto respecto a participación de alumnado y también en cuanto a demanda de matrícula”. Ha desvelado que “ha habido mucha gente que se ha quedado sin poder participar, ya que el número de plazas estaba limitado al ser teórico-práctico y desarrollarse una parte en un pequeño museo, donde estaba todo el material que el artista alemán tenía en su propio taller; allí está su biblioteca, sus trabajos, pero también está todo su material de imprenta, los tipos móviles, las máquinas que utilizaba”.

Alcaraz ha explicado que “han sido tres sesiones con seis ponencias teóricas, que han sido de un alto nivel, y dos sesiones prácticas en el museo-taller, en donde todos los alumnos han tenido la posibilidad de imprimir, de hacer alguna composición con tipos móviles de imprenta y hacerlo con la maquinaria que usó Emilio Sdun en un momento”. Como momento especial, “este tipógrafo usaba una máquina ‘sacapruebas’ de tipográfica con el tintado automático, que ha estado parada desde que el artista falleció, y estos días se ha tenido la oportunidad de volver a arrancarla y ponerla en marcha para hacer demostraciones”. Encontró “algún molde usado por Sdun y se han podido imprimir algunas de sus obras, mucho más complicado de lo que nos daba tiempo a hacer”. El alumnado “se ha podido llevar tanto sus trabajos como una muestra del trabajo del artista”. La idea, “poner en valor el uso de una tecnología, que es como la arqueología de la industria porque está en vías de extinción”. Se ha logrado que “desde la edición de arte, utilizar estos medios para que no se pierdan y para actualizarlos e incluirlos en trabajos artistas contemporáneos en formato libro”.

Ha finalizado enfatizando en que “ha sido muy interesante poner en valor el trabajo de este artista” y en que Cuevas de la Almanzora tiene la suerte de tener este museo”. Ha habido ponencias “muy interesantes”, como la de Carles Méndez, “un profesor que ha estado quince años Ciudad Juárez, en México, y nos ha hecho una propuesta muy novedosa: utilizar la ciudad como un libro, un recorrido de artistas que utilizan el texto, pero en la ciudad, lo que entiende como la lectura de un libro urbano”. La última ha sido Maite Martínez, jefa del Departamento de Restauración del Instituto Valenciano de Arte Moderno, “una mirada diferente como una restaurada que se ha centrado en no ya cómo imprimir, sino cómo conservar todo este material cuando forma parte de colecciones”.

Roberto Gamonal ha sido un activo del curso más allá de su participación previamente programada “sobre una tipografía mítica, que se llama Súper Veloz y que tenía en su taller Emilio Dunn, la figura sobre la que gira el curso, impresor alemán que vivió aquí, en Cuevas de Almanzora, y que hacía libros de artistas con tipografía”. De hecho, tener en uso su taller es uno de los más grandes atractivos de este seminario estival: “Cuevas cuenta con el Museo, el taller que tenía este artista, y eso nos permite hacer trabajos cuyo material es bastante complicado de conseguir, un taller de imprenta que podía estar hace 50 o 60 años en cualquier pueblo de España y que aquí lo han hecho museo, pero no como un museo para ver y’ no tocar’, sino todo lo contrario, un museo para disfrutar, para hacer y tocar, algo tangible”. Esa posibilidad, “trabajar con tipos móviles de plomo, como Gutenberg hace cinco siglos, hace que los alumnos se fijen más en los detalles, puesto que aquí son muy importantes, no hay Control Z, no se puede deshacer o cambiar de color como lo podemos hacer en el terreno digital, y eso añade mucho mayor valor a los impresos”.

Encantado con el curso, “es genial y muy pertinente”, ha detallado que tras las introducciones teóricas en torno a la tipografía se afronta la parte de taller para “practicar y realizar composiciones tipográficas”. En su caso, “en la ponencia lo que hemos visto es como decía, una tipografía de carácter modular, una tipografía muy especial, de 1942, que tiene el valor de que a través de distintos módulos se pueden crear diferentes formas de letras”. De ahí que “ese es el objetivo, mostrar la versatilidad que tiene una tipografía de carácter modular para construir no solo letras, sino también ilustraciones tipográficas”. Lo ha hecho ante alumnos que “proceden de escuelas y facultades de arte, y algunos son estudiantes de diseño”. El conocimiento previo no ha tenido importancia: “Algunos han tenido algún contacto con la impresión tipográfica, pero la verdad es que la mayoría ha venido sin experiencia; tampoco hace falta, porque aquí les hemos enseñado el proceso básico de composición e impresión”.

Como ’premio añadido’, “han realizado distintas impresiones, sus propios carteles experimentales con tipografía”, siendo todo un reencuentro con los orígenes de un arte que conocen solo en el mundo digital: “La composición e impresión tipográfica tienen un valor artesanal, un valor casi único, y la figura de Emilio Sdun le da también un valor muy artístico, porque con la tipografía hacía unos libros impresionantes de artistas impresionantes; nosotros fomentamos este tipo de talleres de carácter analógico precisamente para entender lo que un diseñador puede hacer por ordenador; esto sería el origen de los diseñadores gráficos actuales”. Así, en el programa de Cursos de Verano de la UAL se ha dado cabida a las nuevas tecnologías aplicadas a distintos ámbitos, se ha abordado la Inteligencia Artificial desde muchas sedes, al ser un tema de máxima actualidad, pero también se ha encontrado un contrapunto: “Creo que esto hasta desestresa y te lleva a una faceta en la que te alejas del ordenador, de lo digital, trabajas con las manos y sí, te aleja un poco de esa vorágine digital que nos impone el día a día”.