La UAL apuesta por una educación en igualdad a través de los futuros maestros

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La ‘Feria de la Igualdad’, el primer acto que se realiza en el campus con motivo del Día Internacional contra la Violencia de género, explica el trabajo de campo que realizan sus alumnos en centros de Primaria.

El programa ‘Por los Buenos Tratos’, de la ONG ‘acciónenred’, ha tenido la mejor respuesta posible por parte de la Universidad de Almería, no solo por el acogimiento de una jornada formativa y de sensibilización sobre igualdad de género y educación llamada ‘Feria de la Igualdad’, sino también por sumar al alumnado de Educación a su desarrollo diario en los centros educativos. Inaugurado por Maribel Ramírez, delegada del rector para la Igualdad, el evento ha contado con aforo completo en la Sala Bioclimática y supone “la primera actividad de esta semana por el día tan señalado contra la violencia de género”. Ramírez ha agradecido que se realice una iniciativa así al considerar que “la educación en igualdad es la única herramienta que puede erradicar esta barbarie que está sucediendo hoy día”.

Además, ha añadido que la Universidad de Almería siempre apostará “por la igualdad en todos los ámbitos, pero en el aspecto académico la igualdad en la educación es donde más hay que trabajar”. El alumnado de la UAL del que saldrán maestras y maestros salen ya de la Facultad con una misión bien clara, explicada por Carmen González, de ‘acciónenred’: “Es un programa para prevenir y erradicar el machismo, el sexismo y la violencia de género hacia las mujeres, y ha pasado de estar dirigida a adolescentes y jóvenes de instituto, a estar adaptada por los propios alumnos con metodología ‘ApS’ de aprendizaje y servicio, a niños de Primaria”. No se queda en papel, sino que “lo están llevando a término en los colegios de la ciudad”.

Ha abundado en la idea de la ‘Feria de la Igualdad’ remarcando que “promueve la resolución pacífica de los conflictos y la igualdad real entre hombres y mujeres, evitando así que en el futuro, cuando sean más mayores, se establezcan relaciones de empoderamiento, de control, y que puedan terminar en violencia sexista”. La idea es clara: “La prevención, cuanto más pequeños sean, mejor, para que haya generaciones que resuelvan los conflictos de otra manera”. Surgió por haberse detectado la necesidad precisamente de programas preventivos, “está siempre en positivo y desde las potencialidades del ser humano y del amor, no se niega el amor, sino que aprendamos a querernos bien”. Se están incorporando al mismo nuevos aspectos, como las redes sociales.

Pese a dirigirse a niños de corta edad, se trabajan también cuestiones como “el techo de cristal y la brecha salarial para que vean que no vivimos en una sociedad igualitaria, sino que hay muchas condiciones sociales y sexistas que hacen a las mujeres vivir en un grado de subordinación”. La misma necesidad ha sido referida por Pilar López, responsable de Organización de USTEA: “Se detectó que realmente había problemas en los centros, que el discurso políticamente correcto está aprendido, pero que en el día a día para nada existen esas relaciones de respeto, con un retroceso en el instituto”. Se ha buscado la alianza de las familias en este trabajo y la labor de del alumnado de la UAL está siendo muy buena: “Están contactando con esas problemáticas y así se llega de una manera más directa para abordar y atajar cuestiones clave”.

Isabel Fernández, responsable del programa, se ha centrado en la perspectiva más académica para afirmar “la idea básica es que el alumnado aprenda ‘experiencialmente’, ya que las asignaturas están configuradas con una metodología tradicional basada en las clases magistrales, así que con aprendizaje y servicio se pretende que dicho alumnado aprenda desde la experiencia partiendo de la necesidad detectada en la sociedad”. En este caso, la violencia de género está yendo “más allá del aula y de los tiempos del aula en una perspectiva de educación expandida”. Como muestra están las vivencias en los colegios contadas por los alumnos Laura García, Jessica Gil, Lorena Ronda y Miguel Molina: “Estamos viendo que dependiendo de la zona geográfica en la que esté el centro hay más o menos igualdad, y lo que buscamos es combatir esos prejuicios tradicionales y que se vean erradicados definitivamente”.